domingo, 28 de febrero de 2016

Capitulo 24

Me quede con la boca abierta observando el paraíso de los gigantes. No habían casas y esas mierdas...Había algo muchísimo mejor. Arboles tumbados que se usaban como ramas gigantes para formar un estadio de lucha. Para nosotros ese descomunal estadio era como una gigantesca muralla.

-Yo...Creo que hubiera sido mas inteligente quedarse con tu padre el pirata. Total, es tu padre-Comento Derek, cosa que ignore como si se tratase de una mierda en el camino. Vale, quizás me haya pasado. En vez de mierda, le pondré...Caca.


-Las aventuras no son fáciles Derek-Por una vez la Hadita me respaldo

-Ya lo se...Pero como que no me hace especial ilusión, ir a parar a un sitio donde nos pueden aplastar con un dedo -Delia puso una mano en su hombro y le sonrió tranquilizadora

-La culpa no a sido de Eider...El nos a sacado rápido del agua. He sido yo el que te a cogido y tirado al mar. Lo siento...Solo quería servir de ayuda-Murmuro arrepentido. Tenia razón la culpa es suya. Es idiota, pero es que encima aun así consigue la atención de ella.

Delia lo abrazo y se quedaron dándose amor. Hasta que me harte y fui a investigar. Camine con mi espada en el cinturón. Cada vez que la sacaba me daba la impresión que en el acto me arrancaría los pantalones. ¿Ahora entendéis porque uso mas el tridente?

Escale un poco entre los inmensos arboles entrelazados como muralla. Unos doce metros o mas. No lo se, decidí no mirar abajo. Cole la cabeza y parte del torso por un hueco gigante. Vi a un monstruo enorme de piedra contra un gigante que parecía humano. Estaban luchando mano a mano. Era alucinante. Vi a un par de centauros con unas chaquetas bien vestidos. Dejando su cuerpo de caballo bien pulido, mientras un par de Duendes con unas videocámaras muy raras  grababan a los gigantes.

¿Así que este es el famoso pasatiempo de Nyron? Del planeta central que comanda y hace que "reine la paz" en los demás mundos. Aun que luego cada uno se tome la libertad por su mano a escondidas. Su rey fue llamado Nyron, el siendo un Centauro junto a un Sátiro y un Cíclope encontraron ese planeta, lleno de vida y riquezas. Consiguieron de semvolupar sus especies.

Se dice que antaño fue la ciudad mas bella de todos nuestros planetas. No sabría decir cuantos mundos hay, simplemente...porque nunca podría terminar. Siempre se descubren nuevas criaturas y se unen a nuestro sistema por extraño parezca. Los Centauros gobiernan Nyron, sin embargo Clicopes y Sátiros son muy respetados en ese planeta y tienen mucha autoridad. Básicamente:

Son un peligro si no te andas con ojo.

Decidí bajar. Cuando lo hice me encamine hacia ellos para contarle lo que les había dicho. Ya estaba suficientemente tenso, sabiendo que Manzur quería algo mio. Y como si no fuera suficiente mi padre me estaría buscando. Archer.

Llegue encontrándome con casi un beso entre Derek y Delia. ¿Mi reacción? Quedarme mas tieso que un árbol. No me moví y ni siquiera los sorprendí. Tenían los labios a un centímetro. Los estaban rozando apunto de besarse.

Derek, lo siento de corazón...Pero es que Delia es mía. Le lance una piedra a la cabeza con tal fuerza que se aparto de golpe tocándosela, manchando su mano de sangre. Ahora que lo pienso...No lo siento tanto. En realidad, nada.

Sonreí encantador apoyándome en el árbol

-¡Tu!-Rugió con las mejillas rojas como Delia. Sin embargo el quería matarme. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Al principito se le a caído la corona!

Cuando me fue a coger del cuello me di la vuelta rápidamente escondiéndome detrás del mismo árbol en el que me apoyaba, fui tan rápido que el aun tenia los brazos estirados para cogerme del cuello. Le di una patada en la espalda y lo tire de cara al suelo

-Elfo de pacotilla-Me arrodille sonriendo como si nada hubiera pasado-¿Cuando me enseñaras de que estas hecho?

Me reí oyendo sus gruñidos. Me gire viendo a Delia recoger las cosas y venir hacia nosotros

-Yo también se jugar a tu juego. Sin embargo...-Le levante educado mientras ella se acercaba. Pero lo siento, mi instinto me traiciona. Le pegue una patada tirándolo al suelo de nuevo-No soy tan capullo como tu

-Claro que no, tu eres un cabrón-Murmuro enfadado

-¡Oye! ¡Ya basta! Al final alguno acabara con alguna herida y tendremos que cargar con el. -Nos miro a los dos seria y se adelanto yendo seria

La seguí y le pare de la muñeca

-He visto a los centauros que se encargan del famoso programa de Nyron

-¿Y que?

-Aparte de que transmiten las mejores películas y de que hacen el campeonato interestelar de Gigantes y otras cosas. Lo ven miles de personas, ¿me sigues?

-No mucho-Contesto borde

-¿Porque estas tan enfadada?

-Porque...-Le interrumpí rápidamente cayendo en mi pregunta idiota

-Porque te interrumpí el morreo. Mira, si quieres una disculpa...No la tendrás. Pero tengo un plan en mente, y lo llevare a cabo sea como sea. ¿Entendido?

-¿Cual plan?-Pregunto de golpe interesada

-Saldré por la televisión. Y le voy a mandar a Manzur un mensaje con una intención

-Que nos maten-Dijo Derek que ahora nos estaba siguiendo y se había puesto entre nosotros.

Me encogí de hombros y seguimos nuestro camino.

Paso el mediodía, donde comimos frutas deliciosas del mundo de las hadas, con líquidos raros de los elfos. Por un momento pensé que me quería envenenar. Nos habíamos conseguido meter en esa gran muralla viendo a esos pedazo gigantes. Al parecer esa gran muralla de arboles se extendía por kilómetros.

Derek se había alejado para intentar encontrar alguna forma de distraer a dos Clicopes de gran tamaño corporal que vigilaban a los productores.

Delia y yo estábamos intentando encontrar a uno de los cámaras.

-¿Oye porque le has lanzado una piedra...?-Me miro confusa mientras caminábamos-Se que no os lleváis bien, que sois diferentes...Pero no tienes porque intentar matarlo

No hable, fijando toda mi atención en algún centauro despistado o algún Sátiro portador de alguna cámara

-Eider, te estoy hablando a ti

-¿A mi?-Me hice el sorprendido sacándola de sus casillas-Pensaba que hablabas sola. Total, no debe de resultarte una novedad.

-No desde que te conozco-Murmuro enfadada

Después de un rato de silencio encontramos a un Sátiro que comía en una roca despistado de la cámara

-Explícame de nuevo para que quieres hacer que ese tío tenga mas ganas de matarte-Me exigió

-No quiero eso, -Sonreí picaron escondiendo mis ojos que brillaban de maldad tras el pelo-Se puede decir que un poco si, pero...Me gustaría ver su reacción al ver una cosa que el quería con toda su alma. Y que a perdido.

-Esto es alguna venganza por...

-Es información suficiente

-¡No! ¡Nunca lo es! ¡Siempre me dejas a medias con la información! ¡¿Yo también tengo derecho a saberlo no te parece?! ¡Lo vas a contar delante de todo Niume!

Le mire a los ojos fijamente

-¿Sabes porque no te lo he contado ya? ¿Sabes porque me es pero tanto?-Me miro y cuando abrió la boca seguí-Porque para mi es un secreto. Y no pienso contarlo todo con lujo de detalles en la televisión. Lo hago así porque aun tengo que ver si puedo confiar en ti.

-Esta bien-Murmuro enfadada

Me levante para coger la cámara al Sátiro y ella igual

-Deséame suerte

-Suerte-Dijo en tono seco captando la idea de que la dejaría de lado en esta mini misión.

-De esa forma no, idiota-Le cogí de la cintura y la pegue a mi plantando le un beso en los labios. Mmm...Blandos finos y sabían azúcar. Que rico.

Me separe con una sonrisa reluciente y salte por encima de la gran piedra en busca de la cámara.

Se la robe al Sátiro con gran precisión y la encendí. Me aleje un poco y la coloque entre unos arbustos para que la sujetaran por mi

-Hola a todo Niume. O a los que me estén viendo-Trague saliva nervioso-En fin, siento haberos jodido la transmisión de la telenovela de Amores de hierro. A lo que iba. Se que estas viendo esto Manzur. Lo se, te conozco, y se que has contratado algunos Drows, conocidos vulgarmente como elfos oscuros. Solo para matarme, es todo un detalle por tu parte. Espero que en mi funeral me des unas flores.

Oí la voz del Sátiro preocupado y acercándose. La cámara pitaba, tenia un localizador

-Te estoy esperando Manzur. Esperando esas respuestas que no has sido capaz de formular. Y si tanto quieres verme muerto y enterrado...Cuando lo consigas, esta preciosidad-Mostré un trozo de ala  que brillaba como nunca-Se vendrá conmigo. Y tu, perderás contra mi. Tal y como el Oráculo predijo

Sonreí a la cámara rompiendo un trocito de ala

-Te estoy esperando-Repetí con voz siniestra

Y corte la emisión.













Capitulo 23

Le miré sin palabras. Vale que se parecieran, pero no me esperaba que fuera su padre... Mucho menos que me hubiera mentido. Ni cabeza era un caos en aquel momento. No sabía que hacer, ni tampoco cómo reaccionar.

-No debiste decirlo así tal cual-dijo gruñendo el capitán. Claramente no le gustaba que supieran su "gran" 
secreto.

-Bueno, al menos lo dije, no como tú. Papá-contraatacó el tritón remarcando la última palabra para 
enfurecerlo, cosa que logró con creces porque le miro con un odio... Además de que se le había inchado la 
vena del cuello.

-Tú no sabes mis razones-siguió en un susurro gritado.

-Quizás sí que las sé: te tiraste a una sirena y me tuvisteis a mí. Para que la gente no se enterase, te fuistes sin decir nada, como si no hubieras hecho nada, como si no fueras el culpable. ¡¿Sabes lo que le podrían haber hecho a mi madre por tu culpa?! Pero por suerte ella era más lista que tú, pirata.

Y ahí ya no supe de qué hablaba.

-¿A qué te refieres?-preguntó el capitán igual o más confuso que yo.

-A nada que te incumba-respondió con voz fría.

-Muchacho, no me hables de esa manera-dijo amenazando.

-Pues tú a mí tampoco-respondió agitado.

Puse la mano en su hombro notando que se destensaba controlandose un poco.

-Escúchame, este es mi barco y haré lo que me de la gana, como si te tiro por la borda.

-Soy tu hijo.

-Como si eres el rey.

Sonrió con frialdad, y diciendo las palabras lentamente, como si fuera estúpido, contraatacó:

-Que te den.

Su rostro orgulloso se crispó como si hubieran roto un palo quemado de golpe, y una expresión furiosa apareció en él. Se acercó a él levantando el brazo, mientras que Eider estaba impasible, como si nada. Me impresionaba su calma, y me impresioné a mí misma cuando me puse delante de él poniendo la mano en el pecho del pirata impidiendo avanzar. Solo esperaba que no me cortara la mano y fuera una especie de piratucha también, pero con un parecido a el Capitán Garfio. Me estremecí al imaginar ese futuro.

-Uy, pero si la novia le tiene que defenderle porque no tiene cojones de defenderse solito y enfrentarse como un hombre.

-Para empezar, no soy su novia. Para acabar, eres un gilipollas.

-Ay, Eider, a tu novia hay que lavarle la boca. ¿Hay que hacerle algo más quizás?-dijo levantando mi falda con un bastón.

-No la toques, asqueroso-fue la respuesta de Eider, poniéndome detrás.

Se rió cínicamente.

-Seréis nuestros rehenes-dijo, e hizo un movimiento con la mano, haciendo que nos inmovilizaran-. Que lo paséis bien en los calabozos.

-¡Pero eres su padre!-le espeté tratando de huir, pero sus hombres tenían fuerza.

Estúpidos piratas.

-Ya te dije que me da igual, como si era el rey.

Gruñí mientras dejábamos atrás las risas como si fuera lo más divertido del mundo, y nos hacían bajar escaleras hasta llegar a la parte más baja del barco, donde habían unas celdas de hierro. Nos tiraron ahí y cerraron con llave. Que típico. Ahora escaparíamos como los héroes y aventureros burlapiratas que éramos. Con suerte, claro está. Con suerte y un milagro o dos.

Me senté en el suelo con la espalda apoyada en los barrotes. Podía sentir la fuerza del agua del mar mover el barco. Y nosotros estar en lo más hondo del barco. Y por tanto, en medio del mar. Joder.

-¿Estás bien?-mre preguntó Derek, hablando por primera vez.

-Sí, ¿por qué?

-Porque estás muy pálida, pareces un vampiro-dijo viniendo y rodeándome con un brazo.

-Si te pones muy cerca y acabo vomitando, me da que tú serás la primera víctima. 

Se apartó lentamente dejándome mi espacio, cosa que agradecí.

Miré a Eider, que me miraba.

-Ya sé lo que piensas, Delia. Que soy un mentiroso por no contártelo, pero a un tritón le encanta decir que es una deshonra para su raza.

-No te estaba juzgando, yo lo entiendo.

-No necesito que entiendas nada, hada.

-Eres irritante, tritón.

-Pues vale, bien por mí.

Me dieron ganas de pintarme los globos oculares de blanco y tenerlos así un buen rato.

-Como sea, pero ahora tenemos que pensar en una forma de escapar.

-Bueno, les gusta Delia, se los puede ligar.

-¡¿Me estás vendiendo?!

-¡No! Pero eres muy guapa, con tu enorme belleza podrías conquistarles con tan solo unas palabras de tu dulce voz-dijo excusándose.

-No es mala idea...-intervino Eider pensando en voz alta.

-¡¿Pero por qué me queréis vender?!-me quejé.

-No, piénsalo. Ni siquiera tendrías que desnudarte. Puedes camelarte al capitán, y disimuladamente vas mirando la brújula, moviendo el timón fingiendo que lo tocas, siempre sonriendo. Y así los engañaremos haciendo que vayamos al siguiente destino.

-No soy una prostituta. Además, si me pillan, ¿qué pasará? 

-Que tendremos que entrar nosotros.

-Muy bueno, cerebrito, ¿pero cómo rompemos los barrotes de la celda?-dijo Derek.

Rodando los ojos tocço su tatuaje de tridente, y una vez lo tuvo en mano, hizo derretirlos.

-Para eso haberlo dicho hace 5 minutos y salíamos antes-refunuñó.

-No soy estúpido ni suicida, no iba a salir sin un plan. 

-Pues ahora que lo tenemos, adelante.

-Pero, ¿y si lo hago mal?-dije con miedo.

-Lo harás bien.

-Pero se darán cuenta de que he salido.

-Mira, Delia, ellos son listos, pero piensan con el pene. No se fijarán.

Bufé irritada y empecé a subir las escaleras, con sus miradas en la espalda. Todo dependía de mí, vaya mierda.

-Vaya, que calor hace aquí-dije al salir abanicándome con la mano. Solo tenía que actuar como si me hubieran puesto el sol entre las tetas y resultaba que tenía calor. Bien, de momento fácil.

Un par de miradas se situaron sobre mí, y sonreí encantadoramente caminando como si fuera sobre un hilo hasta el capitán, que me miraba.

-Vaya, se conserva usted muy bien... Me siento tan intimidada-añadí mordiéndome el labio. Me había asegurado de mirar la brújula antes de entrar, por lo que apoyé la mano en el timón.

Un hombre, que parecía más listo, fue a decir que qué hacía ahí, pero le dieron un golpe y se cayó.

-Sí, bueno, es lo que hace el deporte-se rió orgulloso sacando pecho.

Mientras que por fuera sonreía encantadora y enrollando mi largo pelo en un dedo, por dentro estaba en plan Que te den, viejo verde, Ojalá te mueras, Ni barba bonita tienes, Feo, y demás cosas agradables.

-He recapacitado sobre mi comportamiento, y la verdad es que admito mucho como maneja a estos chicos y este barco tan grande. ¡Yo no sería capaz!-solté unas risitas.

-Bueno, ya sabes, la práctica hace al maestro.

-Y es usted un maestro muy guapo-le sonreí moviendo más el timón, miré la brújula un fugaz segundo, que la tenía escondida en los zapatos. Ya estábamos muy cerca.

Sonrió ampliamente mostrando sus dientes de oro, y comenzó a relatarme sys aventuras mientras que yo iba moviendo el timón y mirando la brújula... Hasta que la vieron.

-¡Eh! ¿Qué es eso?-la cogió uno de los tripulantes sacándola, y alzándola.

-Bueno, verás, es para ponerme guapa, ya sabes...-reí.

-Tiene flechas. ¡Esto es una brújula!

-Sí, ya, ¡sorpresa!-dije esperando que los dos compañeros míos aparecieran de una buena vez. Y vaya que lo hicieron.

-¡Nos vemos, viejos!-gritó Eider saltando y cogiendo la brújula tirándose al agua. Derek, que venía detrás, me cogió en brazos y saltamos al agua.

El impacto nos recibio, y Eider, que se había convertido en sireno, nos cogió y echó a nadar tan rápido que parecía un torpedo. Llegamos en 1 minuto a una playa. Ni a respirar me dio tiempo, por lo que cuando salí arrastrándome, tosí y tosí... Hasta que recordé mis alas.

-¡Mis alas...!-chillé al verlas caídas, completamente mojadas, al no tener el mejunje ese.

Las moví, pero pesaban.

-Delia...-empezó Eider.

-No, ¡cállate! Mis alas, joder...-me tiré del pelo desesperada.

-Seguro que se secan, es como lo mío de la cola.

-¡No! ¡Las he perdido!

El tritón me cogió de los hombros haciendo que le mirase.

-Mira, Delia, a lo mejor se secan, pero a lo mejor no. Yo no sé nada, pero sé que te juro que como no las puedas usar más me arrancaré las escamas que hagan falta para hacerte unas nuevas, buscaré la forma de arreglarlo. ¿Vale?

Asentí sabiendo que hablaba su lado culpable, y me dio un apretón en los hombros. Supongo que era como un abrazo suyo, cosa que me reconfortó un poco. 

Me senté en la arena mientras Derek, que me había mirado con pena y luego me había abrazado, junto a Eider, cavaban.

-Ya está, esta es la entrada. Vamos, hada.

Asentí levantándome, y juntos pasamos al mundo de, bueno, medían como 5 metros más, así que de los gigantes.

sábado, 27 de febrero de 2016

Capitulo 22

Vi el cadáver del tal Philip. Y como la sangre se acercaba hacia nosotros. Entonces...Note una pequeña corriente, tiburones. O peor.

Cogí de la  muñeca a Delia ignorando su cara de terror y sus mejillas de color rojo.

-Tenemos que salir de aquí. Ahora-Dije serio

-¿Po-Porque?-Dijo como pudo, tartamudeando. Realmente estaba aterrada.

-Porque ese cadáver, es el aperitivo. Nosotros, somos la cena

En ese  momento pestañeo varias veces y salio volando dejando caer trozos del menjunje ese raro.

Nade tan rápido como la cola me permitió. Cuando llegamos a unas rocas ella se encontraba allí respirando entrecortada, y  quitándose la cosa esa de las alas.
Derek apareció corriendo vestido con una camiseta verde y un chaleco de piel. Unos tejanos que le llegaban por debajo de la rodilla. Su pelo largo le tapaba la nuca, y su flequillo desordenado  estaba bien peinado.

-¡Delia! ¿Te encuentras bien?-Le cogió de los brazos dulce-Me has asustado

-Yo...Yo...-Pestañeo varias veces sin entender y al parecer traumada

Salí lentamente dejando que de mi cola se hicieran dos piernas.

-Tranquila, estoy aquí. Para ti-Le abrazo dulce y me miro desafiándome

-Esta bien, déjala en paz-Pase por su lado pegando le con el brazo

-No lo parece.-La dejo sentada en una roca y me siguió por la pequeña playa de piedras-¡¿Que le has hecho?!

-¡Nada!

-Quizás no fui muy claro en la fiesta-Dijo apretando los dientes y yo rodé los ojos al saber que me diría-Déjala tranquila. Ella se enamorara de mi. Deja de traumarla. No necesita a un imbécil que quiera aventuras.

-Si no quiere seguir a un imbécil que quiere aventuras...-Sonreí  maligno dejando solo ver mi sonrisa ya que el pelo me tapaba por completo los ojos.-¿Porque lo hace?

-¡Porque la obligas!

Negué lentamente. Acababa de caer, mi pelo, los colores, eran como de un animal peligroso, un animal con veneno.

- ¿Decepcionado?

-¿De que?-Me pregunto al parecer un poco mas calmado

-De que no se fije en ti.-Sonreí de nuevo alejándome hacia Delia. Me arrodille a su lado y le mire -¿Como estas?

-No...No lo se-Murmuro, asentí y le me saque la chaqueta poniéndosela encima de las alas.-Porque lo mirabas así...? ¿Lo conocías...?

-Lo había visto antes-Vi que fue abrir la boca para volver a preguntar-Es todo lo que necesitas saber

Asintió despacio, rodé los ojos y la levante

-Nos vamos. Ahora.

-Voy con vosotros-Derek sonrió metiéndose las manos en los bolsillos. Tenia una sonrisa cálida y simpática de la cual te puedes fiar. No me extraña que Delia se fiara.

-No necesito a un Elfo-Dije con desprecio-Donde vamos a ir, no necesitaremos a un "guía"

-¿Y si yo también quiero correr aventuras?

-Te las buscas tu solo-Arrastre a Delia por el brazo alejándonos.

-No podréis iros por tierra. El portal que buscáis para saltar a otro mundo...Esta en el mar. Y se necesita un BarcoEstelar para ir.

-¿Tu tienes uno?-Le pregunto ella sonriendo

-Claro -Volvió a sonreír de esa manera consiguiendo un abrazo bien fuerte de Delia. ¿Tan desesperada estaba por irse? ¿Y a que vino aquel beso? Si le gusta el Orejudo que se vaya con el directamente. No va a conseguir ponerme celoso, porque no hay motivos. No me gusta.

-Esta tarde salimos de aquí. Con tu barco o sin el.

-Ajá-Asintió pasando de mi abrazándola.

Fantástico.

Paso el día y yo ahora estaba recién salido de la ducha, si me había duchado siendo tritón porque no hay otra forma. Y por desgracia tuve que bañarme con una cosa que olía a almendras. Me tire el pelo hacia atrás, y me puse la ropa interior y un tejano de color azul oscuro. Con mis botas negras.

Busque una camiseta pero no había, oh genial. Aproveche a mirarme en el espejo y vi las heridas aun abiertas, tampoco había hecho un gran trabajo nuestro "amigo" el Elfo. Me la toque y puse cara de dolor. No entendía porque tardaba tanto en secarse

-¿Lo has oído...?

-Si...Dicen que esta por aquí, y que ahora a reclutado a Soren...-Oí el dialogo de dos sirvientas fuera de la habitación-El Elfo oscuro...El que desterró el padre del príncipe Derek.


Sonreí. ¿Así que después de todo era un príncipe de verdad, eh?  Me voy a divertir con su majestad.

-Se comenta que van a por los dos huéspedes, a por el tritón y la hada. -Comento una de las dos tensa

-Si..Debería echarlos, pero se dice que el príncipe los acompañara-Hubo un silencio y mientras tanto busque algo que ponerme para taparme el pecho, estaba cogiendo frió-¿El Tritón es muy bello, no?

-Meh...-La sonrisa que se había formado desapareció en un segundo-Me gusta mas Derek

Encontré una camisa marrón. Y abrí la puerta encontrando una a cada lado mirándome sorprendidas. Por sus caras deduje que no sabían que estaba en la habitación. Me apoye en el marco de la puerta cruzado de brazos.

-Vaya, dos Elfas muy cotillas-Sonreí y de repente vi a Delia que se quedo mirándome. Mierda. No me había atado la camisa.

No dijo nada marchándose. La tensión que había aparecido en mi garganta desapareció con ella.

-¿De que habláis? Aparte de que chico os encanta mas-Las pare de las muñecas

-Deberías conocerlo, te a perseguido desde tu planeta. Y para matarte esta poniendo en riesgo el resto del mundo

-Manzur-Murmure-Si lo veis, decidle de mi parte que  estoy esperando a que me encuentre

Ambas tragaron saliva y se fueron tensas. Al final del pasillo Derek estaba apoyado mirándome. Cuando las sirvientas pasaron por su lado. La que le prefería se sonrojo y Derek le dio una flor de las muchas que adornaban los pasillos.  Principito.

Entre en mi cuarto cerrando la puerta y prepare todo de nuevo, incluso robe algunas mantas finas y arranque objetos de oro como los pomos para venderlos en algún mercado. Entre las cosas vi mi concha medio rota y la acaricie. Me recordaba tanto a mi madre...La echaba de menos. Pero simplemente jamas volvería a verla.  Tenia que encontrar a mi padre y que me contase lo que realmente paso.

Cuando termine abrí la puerta y Delia estaba de pie con una cartera nueva. Iba con su pelo azul claro a un lado con el flequillo tapándole uno de los ojos. Una camisa ligera y fina, y una falda con unas mallas debajo. Y una chaqueta fina negra. Con unas bambas

-Vaya-Dije serio-¿A que viene este cambio?

-Derek me consiguió ropa-Sonrió sonrojada. Sentí una oleada de rabia

-¿Derek?-Pregunte serio

-Si, es muy simpático

-Si. Si que lo es. -La cedí el paso a mi habitación que acepto. Cerré la puerta y le mire serio-¿Que haces aquí?

-Venia hablarte de lo que paso en el mar

-El muerto no fue cosa tuya. No debes preocuparte por eso. Y sobre el...-No me dejo terminar me tiro un cojín a la cara, en cuanto me lo quite le vi roja

-Cállate...No lo digas en voz alta.

-Fuiste tu quien me beso.

-¡Tu me lo devolviste!

-¡Porque  no sabia que hacer!

-¡¿Entonces si una Elfa te besa también se lo devolverás?!

-¡Pues si! ¡Al igual que tu con el principito Derek!
Le cogí las muñecas y la empuje contra una puerta me miro enfadada y yo me quede en mi sitio mirándole apretando los puños

-¡No tengo tiempo para historias de amor! ¿¡Queda claro!? Tengo mejores cosas que hacer

-¿Como que?-Me cogió de la muñeca girándome para que la mirase

-Manzur viene a por mi. Quiere una cosa que yo tengo. Ahora dile a tu novio que prepare el barco-Me solté de golpe y cogí mi cartera poniéndomela al hombro

-El no es...-No pudo acabar porque salí pegando un portazo

Finalmente fuimos a su barco que era un puñetero bote. ¡Un bote! ¡Con una vela y ya esta!

-Pensaba que tenias un barco, no un bote

-Mi padre a cogido el barco...-Dijo con tono triste y arrepentido-Lo siento,de verdad

-No pasa nada -Dijo seria y le puso una mano en el hombro. Y luego se cogieron de las manos.

Rodé los ojos y mientras todos estábamos pendientes de la reacción de alguno de nosotros. El bote choco con algo duro

-¡¿Pero que...?!-Casi nos caemos de la barca. Mire hacia atrás y vi al barco aquel. Oh no.

-No me gusta el nombre-Dijo Delia seria

"La compañía del Diablo"

-Ya somos dos-Dijo Derek. ¿Asustado?

Nos tiraron una escalera. Subio primero el príncipe, luego ella y finalmente yo. ¿Que porque? Porque nuestro super bote se estaba hundiendo

-¡¿Porque tenias que subir detrás de mi?! Así me podías ver las...-Se sonrojo y a mi se me pusieron rojas las orejas.

-¡Era para asegurarme de que no te mataras! Eres tan torpe que eres capaz de caerte por la escalera-Dije gruñendo mientras subíamos a la borda.
Se hizo silencio y la tripulación que eran diferentes criaturas se nos quedaron mirando

-Piratas...-Murmuro Derek
-Así es muchacho-Uno de ellos se rió malvado le faltaban dientes

Cuando uno intento levantar le la falda a Delia le pegue un puñetazo en el brazo y le gruñí sacando los colmillos canivales que usabamos para destripar a nuestras presas

-Eres valiente mocoso

-Va con ser...un tritón-Dije lentamente amenazante sin vacilar. Todos se tensaron y sacaron las espadas

-¿¡Pero que les has dicho!?-Dijo de nuevo Derek asustado cogiendo la mano de Delia

-Suficiente-Una voz ronca se hizo escuchar y bajo un hombre con el pelo rubio y al final mechas negras, y tenia el pelo corto. Como mi pelo al revés. Sus ojos negros se clavaron en mi.-Que tenemos aquí

-Por favor...Tenemos que huir de aquí, vienen a por nosotros...-Delia soltó la mano de Derek y saco pecho captando la atención de varios piratas

-A la siguiente parada nos dejan-Sonrió Derek amable y con miedo

El capitán paso de ellos y me miro fijamente

-¿Que haces tu aquí?

-¿Y tu?-Dije serio apretando los dientes clavando nuestros ojos. Ambos teníamos la voz fría como la mirada. Estábamos cara a cara-¿Que haces tu aquí papa?

Y un silencio acompañado de exclamaciones se apodero del barco


Capítulo 21

Suspiré con una estúpida sonrisa en mi rostro. Este chico iba a terminar de volverme loca... Pero no me 
importabla, su regalo había sido... Dios, ni siquiera sabía cómo describirlo. ¿Espectacular? No. ¿Flipante? 

No. Simplemente no encontraba las palabras adecuadas.

Y Derek había sido muy amable, al prepararme semejante fiesta y comportarse como un caballero conmigo. 
Le estaba muy agradecida, pero aun así Eider no salía de mi cabeza. Eider, Eider, Eider... Todo Eider. ¿Qué 
me estás haciendo?

Suspiré y me retiré a la habitación que me habían preparado, con las paredes pintadas de negro y una 
cómoda cama blandita de color verde tambie´n, con las sábanas cin la textura de una hoja. Me puse una 
bata verde que me habían prestado y me tumbé, cerrando los ojos, descansando. Y me dormí.

A la mañana siguiente desperté, descubriendo mi desayuno a mi lado. Me lo comí con prisas, y después de 
vestirme fui corriendo a buscar a Eider. Aquel día tenía ganas de aventuras, de pasarlo bien y relajarme.

Como me imaginaba, lo encontré alejado de todos, pensando, o eso parecía.

-Eider, ¡hey!-dije alegremente con un nuevo vetsido que me llegaba hasta los pies, esta vez de color verde. 
Todo era verde, en verdad.

-Hola-dijo a secas, aunque yo ya me había acostumbrado.

-Vamos a nadar.

-¿Qué?

-Que vamos al agua, a pasarlo bien-reí alegremente cogiendo su mano, sintiendo su suave tacto, y lo levanté.

-¿Te has vuelto loca?

-No-me reí mientras emoezaba a correr, y él me seguía con el ceño fruncido.

-Pero, ¿y tus alas?

-Tengo las hojas, las pedí, solo necesito que las machaques y apliques.

-Ya veo que te gustaron mis masajes.

-Sí, son agradables.

Rodó los ojos.

-¿Por qué iba a hacer eso?

-Porque lo quieres pasar bien conmigo, en el agua. En el fondo lo sabes, y te gusta tocar mis alas.

-Tus fantasías me hacen gracia, Delia.

Yo solo sonreí y le tendí las hojas, que a regañadientes aceptó y machacó. Comenzó a extenderlas por mis 
alas con su delicadeza tipica en ello.

-¿Sabes nadar?-me pregunto.

-Ostras! No-rei nervioda.

-Lo imaginaba, Hada. Supongo que tendré que enseñarte.

-Si! Es genial.

-Por que estas tan alegre?

-Porque ayer fue un dia genial y hoy me levante con ganas de vivir aventuras!

-Y de comportarte como una niña-dijo rodandl los ojos-. Espera, lo de que ayer fue un día genial es por 
Derek?

-Un poco. Pero sobretodo por ti, mr encanto tu regalo y me siento muy afortunada de que me lo dieses.

No sonrio, pero sus ojos volvieron a ser mas calidos, como el agua iluminada por rayos de sol, dejandola 
calentita después de ser fría durante mucho tiempo.

-Vamos al agua-dije una vez acabo, y cogiendo su mano, (lo cual se me estaba haciendo costumbre ya que 
me parecia que encajaba con la mia y me daba seguridad y proteccion), y le lleve al agua.

El fue el primero en zambullirse tal cual, mientras yo solo había metido los dedos del pie.

-Vamos, Delia, entra, o es que tienes miedo?-me desafio divertido.

-No te creas, sireno-respondí vacilona, aunque en verdad me daba un miedo brutal. Nunca me había 
bañado así de golpe mojando mis alas enteras.

-Ves? Tienes miedo-se rio sacudiendo la cola y salpicandome.

-Vale, si, lo admito...

Se rio una vez mas y se acerco al bordillo. Pense que me iba a tirar o algo asi, pero extendio la mano hacia 
mi, y yo dudando se la cogí.

-Delia, te voy a coger por la cintura para levantarte e irte metiendo lentamente, vale?

Asentí lentamente mientras su mano se apoyabs en mi cintura y la que sujetsba mi mano se deslizaba hacia 
abajo poniéndola en mi cintura tambien. Flexiono los brazos, levantandome, dejándome asi vee su espalda. 
En su omoplato tenia como la cicatriz de una quemadura, que ponia AA. Me preguntaba qué sería y el 
motivo. Y me lo pregunté durante unos segundos, hasta que comenzó a bajarme y entonces me puse palida
al sentir el agua por los tobillos.

-Eider, me da miedo...-susurre poniendo las manos en sus hombros.

-No te preocupes y confia en mi-dijo, y yo asentí tembando de frío.

Fue bajándome, mientras que yo para tranquilizarme me fijaba en sus músculos, logrando así distraerme. La verdad es que tenía fuerza, lo veía en el movimeinto lento que hacía al bajarme, y tmabién en lo que se inchaban sus brazos.

El agua me llegó por la cintura, y comencé a tiritar mientras el vestido se agradaba bajo el agua, como flotando.

Mis pies no tocaron tierra, pero mis alas sí que tocaron agua. Me recorrió un escalofrío del miedo que tenía. Esperaba que y si Eider me soltaba, me ahogaría.

-Bien, Eider, ahora tienes que enseñarme a nadar si no quieres que muera-dije aclarándome la voz, aunque probablemente notó el miedo.

-Vale, capitana. ¿Crees que podrás flotar?

-¿Crees que podrás volar?

-No.

-Pues eso mismo.

-No seas borde que te dejo caer-me amenazó.

-Eh, ¡eso es trampa!-me quejé.

-Es la realidad.

-Odio la realidad-agité las alas inquieta.

-Vale, vale, hadita, aprendamos a nadar. Túmbate.

Sin esperar respuesta me tumbó y tal cual me soltó. Como me quedé rígida sin moverme, floté.

-¿Ves como no pasa nada?

-Te odio, maldito-dije entre dientes mirándole por el rabillo del ojo. No me atrevía a moverme.

-Sí, lo que digas, ahora relájate, yo estoy aquí y no te pasará nada.

-Pero me soltaste.

-A veces la gente necesita un empujón para incoporarse.

Maldito sireno sabio.

-Bien, Delia, ahora mueve las piernas de arriba abajo, primero una y luego la otra.

Lo hice, sintiendo ue me deslizaba hacia atrás.

-Y haz lo mismo con los brazos-continuó con las instrucciones.

Hice lo que me decía con algo de temor, pero decidiendo confiar en él. Si me pasaba algo, él me salvaría,  ¿cierto? Eso esperaba.

Noté como nadaba, y mi corazón latió rápido.

-Dios, ¡lo estoy haciendo!-grité emocionada.

-Muy bien, hadita. Ahora debes hacerlo bocabajo.

-¡¿Qué?! ¡¿Bromeas?!

De la impresión me puse recta, y la consecuencia, fue, bueno, hundirme. Grité, o lo intenté, pero mis pulmones se llenaban, mientras pataleaba y me movía desesperada. Tosía del agua tragada, pero cada vez tragaba más.

Mi muñeca fue cogida y con fuerza me sacaron, pudiendo así respirar y toser.

-Joder, el agua del mar es una mierda.

Me dio palmadas en la espalda, no palmaditas, palmadas, y mientras me quejaba del dolor, me quejaba del agua.

-¿Estás bien?

-Sí, pero mejor vuelo un rato-dije elevándome y de esa forma se proyectaron arcoíris ya que los rayos de sol traspasaron mis alas-. Wow, ¡mira!

Señalé el agua fascinada.

-¿Por qué te sorprendes? Pensé que las hadas visitais el arcoíris.

-Eso es un mito, algo estúpido también.

-Vosotras probablemente también creíais algo así.

-Sí, tienes razón-dije mientras volaba.

Me paré, se me había ocurrido una locura. Una locura apetecible.

-Eider.

-Dime.

-¿Te gustan las locuras?

-Depende, ¿por qué?

No respondí descendiendo en picado de maner alenta, pero me quedé flotando en el aire. Cogñi sus mejillas, y le hice estirarse para así poder juntar nuestros labios. Quizás fuera pronto, pero quería sentirlos.

Mi corazón se agitó mientras nuestros labios danzaban al compás. Él me había devuelto el beso. No sabía por qué, pero sí que sabía que me estaba gustando. Sus labios erna salados y fríos debido al mar, y los míos calientes y dulces. Creo que eran opuestos, pero ya sabéis las tonterías que dicen: los opuestos se atraen.

Con lentitud nos separamos, ambos sonriendo. Ambos. Sin embargo, se movió el cabello tapándose los ojos y dejando de sonreír.

-Deberíamos seguir nadando, debes practicar-dijo carraspeando.

Asentí con una sonrisa y me tiré de cabeza con más confianza. Sabía que él me rescataría. Más adelante me esperaba él, así que me puse a su lado volando a veces, nadando otras veces, mientras él saltaba como un delfín. Los dos perseguíamos el horizonte. 

Y entonces vimos una figura negra en el mar, así que curiosos nos acercamos. Pero no debimos hacerlo, porque era el cádaver de uno de los piratas. Horrorizada, me tapé la boca, mientras Eider ponía un brazo sobre mis hombros callado. Sangre estaba esparcida pro aquí y por allá. Dios mío.









viernes, 26 de febrero de 2016

Capitulo 20

El agua tenia un tono verdoso, un color esmeralda que era precioso, era lo  único que me encantaba de este sitio. El agua. El tal Derek no me parecía de alguien de quien fiarse. ¿Y porque narices tenia que estar intentando coquetear con la estúpida Hada? Ya tenia bastante con vigilar la, como para que encima ahora la vuelva tonta y la enamore teniendo que hacer que la vigile mas por las idioteces que seria capaz de hacer. Uf.

Me fui a ver mas barcos que habían atracados mas lejos del espectáculo tan ridículo que hacían esos piratas de pacotilla. Encontré un barco de tablones negro, con velas también negras adornadas con rojo. Parecía que las velas sangraban. Y tenia grabado a rojo "La compañía del Diablo"

Sin saber porque me empezó a doler la cabeza en cuanto toque los tablones de madera que formaban parte del barco. Entonces decidí volver.

Cuando aparecí donde estaba antes Delia ahora se encontraba a su lado Derek, que le rodeaba con un brazo y ambos se reían. Que divertido todo, ¿También se van a morrear y a tragar la saliva del otro para así intimidar? Que asco dan.

Salí por otro lado, y aparecí de nuevo con mi ropa en cuanto toque suelo seco con la cola. Me desabroche la camisa un poco, para ver la herida pero ya casi estaba cicatrizada. Bueno, algo era algo. Y la de la cintura estaba igual.

Oí gritos y decidí acercarme, después de 15 minutos andando me escondí tras unas rocas mirando a un grupo de piratas. Que estaban casi enfrente del muelle ya vació con el barco que vi antes.

-¡No mi lord...!  ¡Yo...Le juro haber visto un tritón en estos mares!

-¡Cállate Philip! ¡Así solo conseguirás que el capitán te mate! ¡Y que el Kraken nos persiga!

-¡Contramaestre se lo juro! ¡Lo he visto! No son de estas tierras...Por favor Créanme...

El tal Philip era de pelo castaño oscuro y ojos verde oscuro, tenia un poco de barba, y el pelo largo con rastras. Piel morena tostada por el sol y flaco. Y el contramaestre, de pelo grisáceo como si la edad le hubiera alcanzado aunque su físico decía lo contrario, era musculoso, y moreno. Y sus dientes eran de oro. Lo se porque cuando abría la boca brillaban como perlas

Me escondí detrás de un árbol, y vi al que creo que era al Capitán desembarcar de un salto. Iba con un bastón de lo que parecía de hierro forjado. con adornos de oro y otros materiales. Arriba tenia lo que aprecia una flor, pero los pétalos eran  cuchillos con el centro  lo que serian los estambres eran una pequeña concha de color grisácea y azul oscura, medio rota. Se parecía como la que yo tenia.

-¿Que es este jaleo?-Pregunto con voz seria. Tenia el pelo rubio con las puntas negras. Y los ojos de un negro carbon intenso. Era alto y musculoso, ademas de estar moreno como toda su tripulación. Cicatrices adornaban sus brazos desnudos.


-Philip, mi señor. Dice que a visto a un...tritón-El contramaestre le miro de una forma que ni yo supe descifrar

-Entiendo. -Se acerco a Philip y puso una mano en su hombro.- Grumete. No debe preocuparse por ello. No queremos malos augurios, ¿no es cierto?

-Si mi lord-Philip hizo una ligera reverencia y entro corriendo al barco.

-¿Que hago con el capitán?-Pregunto el segundo de abordo

-Nada-El capitán en tono serio miro al contramaestre- Cada muerte llega a su momento

-Como ordene-Se fue alejando pero una llamada del capitán le sobresalto-¿Si mi capitán?

-Que se preparen, nos espera un viaje movido. Y sobre el tritón. Si lo encontráis. Lo quiero muerto-Dijo serio clavando uno de los cuchillos en un pobre conejo de piel rosada que pasaba por allí-¿A que espera? Ya tiene cena

Y entro en el barco. Me escondí sentando sobre la roca pensando en lo que acababa de pasar. Mierda. No me había fijado si había alguien en la borda cuando nadaba. Cuando oí un ruido. Vi que el barco había zarpado. Corrí hacia la playa y mire a las personas que habían. Nunca había visto tantas criaturas mágicas juntas.

Entonces el Capitán cogió a Philip del cuello y se lo partió. Lo tiro  por la borda y desapareció.

Recogí uno de los cuchillos que formaban parte de la flor de su bastón

-¿Que haces aquí?-La voz de Derek me sobresalto y saque la espada  poniéndola a la altura de su cuello-Buscarte, Delia y yo te buscábamos.

-¿Se puede saber porque? ¿No estáis ocupados?

´-Si mas o menos. -Al captar mi mirada fría capto el mensaje, o mejor dicho. Uno muy diferente-Oh ya veo. Te gusta, pensaba que ahora mismo estabais en guerra

-1, A mi no me gusta pedazo de zoquete. Y 2 estamos en guerra desde hace mas de un Eón. -Dije frustrado guardando mi espada

-Ya, ya. Sin embargo no te habrá molestado, ¿no...?

Le mire sin comprender

-El beso que me he dado con ella-Sonrió y puse cara de asco-Bueno, se lo di en la mejilla. Pero la próxima vez..."Apuntare mas alto"-Dijo imitando mi voz

-No te creas como alguien a la que no le llegas ni a la suela. -Le pegue un empujón.-Y déjala en paz. Ella y yo somos un equipo. Y si te unes, te quiero a diez pasos de ella. Te queda claro Orejudo?

-Como el agua-Dijo lentamente-Aunque deberías tratarla mejor. Su puestamente sois un equipo y la tratas como si fuera un trol.

No conteste alejándome de el. Ignorándolo Sin embargo sabia que ella lo había escuchado

Después de una hora. El gran y amable Elfo nos invito a su "pequeño palacio"  ignore contemplarlo aunque era genial. Lo odiaba, como a su asqueroso dueño. Yo no necesito a un imbécil como guía. Con ver las playas y el bosque y a un poco de la gente de aquí me es, suficiente.

-Feliz cumpleaños Delia. Se que fue hace un par de semanas, antes de que nos conociéramos. Pero quería dártelo-Mire por una ventana diminuta que daba al pasillo y vi a Derek vestido con una camisa unos pantalones ajustados y botas ligeras. Le estaba poniendo a ella un collar con algo elfico.

Apreté los puños. Al parecer le habían hecho una fiesta a la que nuestro gran amigo Derek no me había invitado. ¿Así Orejudo? Si quieres guerra. La vas a tener. Y tu, vas acabar muerto.

Me vestí con una camisa nueva blanca que por el borde de cuando terminaba habían pequeñas olas pintadas. Me puse una chaqueta de cuero marrón con unos pantalones de cuero marrones y unas botas verdes. ¿Porque casi todo era de ese maldito color? Uf.

No me peine. Yo no me peino. Salí y vi a Derek con un acopa y algunos sirvientes sirviendo copas a unos familiares y pequeños elfos que corrían por el lugar. Uf. Niños.

Me puse a su lado robando una copa de uno de los camareros.

-Bonita fiesta-Dije frió bebiendo. Mi voz pareció sorprenderle

-¿Que? ¡¿Que haces aquí?!-Dijo sorprendido y frustrado

Me encogí de hombros

-Soy su amigo, ¿no?-Le mire mientras daba otro sorbo y sonreí con malicia- Aquí el que sobra eres tu, elfo.

-Ya lo veremos-Asentí lentamente desafiándolo

Me acerque a la mesa para coger algo de comer ya que mis tripas rugían. Antes de nada, no soy muy limpio comiendo, os he avisado. Cogí un pan de molde con queso derretido y algunas especies raras. Y me lo metí en la boca de golpe, mastique y me lo trague buscando otro

-Vaya...-El susurro fascinado me hizo levantar la vista de los platos.

 Y ver una escalera de mármol con ramas bien cuidadas de barandillas por la que bajaba Delia con un vestido que le llegaba hasta las rodillas, era de color negro y medio blanco una cosa parecida a una ola que baja desde la cintura hacia una de las rodillas separaba los dos colores. Le resaltaba notablemente el pelo azul claro y la piel de un color lila ligero.

-Por los mundos de Niume-Murmure confuso y algo fascinado. Ella me miro sonriendo cuando llego al final de la escalera, esperando que se le acercasen. No lo hice. Mire los platos fijamente pensando.

De reojo vi la sonrisa satisfecha de Derek. Antes muerto elfo. El se acercaba a paso lento, como si fuera un príncipe. ¿Pero sabes que pasa? Que los príncipes son solo un disfraz.

Me acerque con paso seguro y rápido. Le tendí la mano mirándole fijamente, con el rostro serio. Ella me sonrió y pensando que la sacaría a bailar me apretó la mano. Estas equivocada Hada.

La lleve a una terraza y note que rodaba los ojos como si algo le fastidiase. Desde la terraza se veía un poco el mar algunas pequeñas farolas iluminaban el puerto que se veía a lo lejos.

-Oye, nunca te lo he preguntado. ¿Pero mola ser hijo de Neptuno?

-¿Cuando he dicho que soy hijo de Neptuno?-Sonreí misterioso. Mire el mar  y sonreí pensando-¿Me permites?

-¿El que?-Le arranque el colgante de Derek y lo tire al suelo-¡Oye!

-Silencio. Esa mierda no es un regalo.

-¡¿Como que no...?!

-Los regalos se recuerdan, no se adoran.-Sonreí y me acerque puse una mano en su mejilla y acerque mis labios a su oído sonriendo malvado y con picardía. Sabia que Derek había salido y nos estaba viendo-¿Quieres un regalo de verdad?

-Si-Dijo en un tono serio que me costaba mucho de creer. Sonreí alejándome y le hice taparse los ojos

Estire los brazos hacia el mar y empece hablar en un idioma que solo los Tritones conocíamos

"Álzate y sigue mis ordenes. Tanto tu como los demás mares me perteneces"

Hice que un parte del agua del mar formase un Felicidades. Cogí piedras piedras del suelo. Las encerré entre mis manos y las sacudí, luego las tire al aire y se hicieron luciérnagas que iluminaron la frase. También saque una hoja en blanco que llevaba encima y la rompí en trozos las arrugue y las volví a encerrar en mis manos las sacudí ligeramente y sople dejándolos volar. Se convirtieron en mariposas blancas

-Felicidades-Susurre en su oído con voz normal.

Seguidamente, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, desaparecí en la noche.

Capítulo 19

Chillé al ver a Eider caer detrás de mí, y a los elfos astutos escondiéndose. Me dieron ganas de gritarles e insultarles, llamándoles cobardes y demás ofensas. Pero no podía hacerlo porque no estaban, y lo sabía ya que mi espada se había puesto verde en su presencia, y ahor apermanecía impasible, mientras asustada me arrodillaba a su lado con miedo a tocar sus heridas. Se volvió a poner verde de pronto y una cabellera de larga y rubia cabellera con puntiagudas orejas surgió de detrás de los árboles.

-¡Atrás!-dije firme señalándole con la espada, mientras él levantaba las manos dejando las armas en el suelo y acercándose a mí-¡Dije que no te acercases!

-Relájate, no te haré daño. Además, tu amigo tiene flechas envenenadas y el antídoto lo tenemos solo nosotros.

-Que raro que no dijiste novio en vez de amigo como se suele hacer. Ademas, ¿como se que puedo fiarme de ti?

-Es que yo soy especial-sonrio.

-Y una mierda, tú eres igual s todos los demas elfos.

-Y acaso tu no eres igual a todas las demas hadas?

-Te odio.

-No pasa nada-se encogió de hombros.

-No respondiste a mi pregunta.

-¿cual pregunta?

-La de como se quw me puedo fiar de ti.

-Pues para empezar, no te he matado, y para acabar, voy a ayudar s tu amigo.

-Eso puede ser una trampa.

-Y tu visita tanbien, y aun asi confio en ti.

-Bien. Curalo.

Se encogió de hombros arrodillandose mientras sus brazos se flexionaban haciendo notar musculos. Abrio la camisa de Eider dejando ver su pecho tanbien musculoso (no podían haber seres flacuchos), y le arranco las flexhas, arrancandole tambien un grito. Ambos estaban fuertes, y ambos eran guapos. Deberían concursar en Miss Universo.

-Como te llamas?

-Delia.

-Bien, Delia, tenemos que llevarlo al interior del bosque.

-Por que?

-Porque ahi estab las plantas que necesito en el mejunge qur le curara. Yo lo llevo, pero hemos de darnos prisa-dijo echandoselo al hombro con cuidado, de manera que no le doliera. Y de hecho, asi era, o al menos lo parecía. 

Asenti mientras nos adentrabamos en un mar de color verde olagado de bichos y de plantas. 

-Esta muy lejos?

-No mucho.

-Como te llamas?

-Derek.

-Oh, vale, Derek.

Asintió sonriendome mientras yo iba delante siguiendo sus indicaciones de gira a la izquierda, a ma derecha, etc., pufiendo asi apartar de Eider los espinos y demas hojas malas.

-Cuanto le queda de vida?

-Eso es ser pesimista.

-Mas bien realista.

-Es que el no te importa?

-Si, pero prefiero imaginar las cosas malas antes de que pasen y no llevarme un chasco.

-Te ha pasado algo asi en la vida?

-No, pero soy de mente abierta.

-Ah, genial. Por cierto, ya hemos llegado-dijo mientras había un jardin de flores negras iluminadas por la luz 
del sol.

Dejo a Eider en el suelo y recogio un par de flores mientras spretaba sus petalos dejando que corriefa el liquido ese por su palma, usada como bol.

Yo me sente al lado del herido cogiendo su mano y observando su rostro.

-Tampoco me respondise a la pregunta de antes.

-¿Cuál? 

-Cuánto le queda de vida.

-Poca, pero sobrevivirá, porque esto ya está-dijo comenzando a aplicar el mejunje, aliviando así el nudo que tenía en el pecho pero no sabía que estaba.

Emitió gemidos de dolor, mientras acababa. Ahora el tritón tenía el pecho y cintura algo negros.

-Oh, Dios mío, ¡gracias!-me lancé a sus brazos abrazándolo. Había pasado mucho miedo por Eider. 

Oí un gruñido y mi nombre.

-Delia, ¿qué haces abrazándolo? Tenemos que irnos, no hemos venido aquí para ligotear.

-No ligaba, solo le agradecía que te hubiera salvado.

-Bah, habría sobrevivido igual-se incorporó como pudo sentándose y mirándome-. Nos vamos a ver más cosas.

-Él puede ser nuestro guía.

-¿Qué te pasa con él? ¿Te gusta o algo?

-Solo lo conozco de hace una hora, Eider.

-¿Entonces?

-¿Es que no puedo hacer amigos?

-¿Con él?

-Sí, ¿qué pasa?

-Nada, pero veo que ya te gusta porque le abrazaste.

-Pues perdona por agradecerle que cuidara de ti. Y perdona también por disculparme. ¿Debo disculparme por algo más?-me levanté para irme-. ¿O es que quieres un abrazo en secreto y así lo expresas?

-Yo no quiero un abrazo, yo apunto más alto -dijo levantandose con dificultad mirandome los labios.

Sabeis el momento ese en novelas en que el chico dice algo y la chica inocente lo mslpiensa? Bien, pues yo habia destronado a eda chica, y mis mejillas sonrojadas eran uns prueba de ello.

-Ests bien, tranquilizaos los dos-dijo Derek, que como era tr an listo, para calmarnos puso el brazo sobre mis hombros.

Eider gruño como un perro del infierno, y si las miradas matase, Derek estaria muerto. Hecho cenizas. En el centro de la tierra.

-Yo puedo enseñaros mi mundo, hay cosas muy interesantes.

-Gracias, pero podemos descubrirlas solos.

-Y de manera más lenta, también.

-Estoy herido, iría lento de todas maneras.

-Va, dejadlo vosotros dos. Derek, ¿dónde nos llevarás?

-Al palacio, porque le daré una camisa y cogeré comida, y después al puerto.

-¿Qué hay allí?

-Espectáculos-sonrió, y comenzamos a caminar siguiéndole con curiosidad.

Pasaron 2 horas de lenta y larga cmainata, hasta que llegamos al palacio. Se alzaba blanco e impotente por encima de nustrras cabezas, rodeado de hojas que habían ido creciendo, y que le daban color. Personas entraban y salían, y nosotros fuimos de las que entramos.

-Esperad aquí, iré a buscar las cosas.

Asentimos y yo puse la mano en el hombro de Eider, que tiritaba de frío y dolor. Se tensó, pero no dijo nada.

-¿Te encuentras bien?-dije acariciando su hombro.

-Sí-dijo mirando a Derek que le dio una camiseta blanca y se la puso rápidamente, para después completar su atuendo con una chaqueta de cuero. Lucía muy guapo, le quedaba bien. Y no, no tenía por qué gustarme por ello, solo era una opinión.

-Y la comida está...-dijo estirnado el cuello mirnado a la gente, hasta fijarse en una señora que traía una mochilla llena de comida y bebida, y la señaló-. Ahí.

Yo me quedé callada esperando a que acabase, que por suerte no tardó mucho, solo unos 5 minutos.

-Bien, ya estamos listos-dijo alegremente.

-¿Hay que caminar más?-me quejé

-Sí, pero puedes volar.

-Oh, cierto, ¡lo había olvidado! De tanto caminar... Dios-dije dando un salto y agitando las alas volando feliz. Me sentía libre de nuevo, sobretodo al tener más espacio para volar. Salí de aquel palacio gritando felizmente.

No me podía creer de que se me había olvidado, pero es que ya me había acostumbrado a caminar.

Los vi salir corriendo y buscarme con la mirada, aunque solo Eider me vio. Y estaba... ¿Sonriendo?

Descendí elegantemente y aleteé ya en el suelo moviendo las alas.

-Echo de menos el agua-dijo él en voz baja.

-Tranquilo, puedes zambullirte en el puerto-le dije sonriendo.

-Ah, estás aquí-dijo Derek al verme, y yo asentí-. Debemos ponernos en marcha ya, no sea que acabe.

-Claro, ¡vamos!

Me volví a elevar, vigilándoles desde las alturas. Era como si fuera su ángel guardián. Y les protegí hasta que llegamos al puerto, donde habían piratas riendo y cantando, con los seres, ya turistas o no, observándoles.

-¿Ese es el espectáculo?-pregunté.

Derek lo afirmó moviendo la cabeza.

-Pero he oído que son peligrosos.

-Estos no, son amistosos.

-Oh, vale... Ahora vuelvo-dije viendo como Eider se alejaba, así que lo seguí.

-Hey, ¿dónde vas?

-A buscar un lugar alejado para zambullirme.

Al parecer lo enocntró, porque sin pensárselo dos veces se tiró al agua, salpicándome las piernas. Me senté en el bordillo que había observando su sombra bajo el agua nadar con velocidad. Probablemente se estaba sintiendo igual que yo cuando volé. Quizás hasta se curase... Pero yo no sabía nada de los tritones. Y así me quedé pensando, mientras le miraba.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Capitulo 18

Fuimos paseando por la pequeña ciudad de enanos en la que habiamos aparecido. Los enanos tenian todos, o casi todos barba, iban armados hasta las cejas, esas asquerosas cejas peludas.¿Que era esa mierda?  ¿Una mofeta muerta?

Las enanas, estaban casi todas prometidas. Lo se porque me gusta estudiar sobre todas las razas magicas, hay muchas diferentes y eso es solo en Niume.

-Vosotros dos-Aparecio un enano con el pelo rojizo, y una barba que le llebava hasta el pecho, no se donde tenia mas pelo, si en la barba, las cejas, o la cabeza.-Soys los novatos,¿cierto?

-Solo venimos de turismo, ¿Algun problema renacuajo peludo?-Pregunte inclinandome amenazando, mientras tenia la mano cogida de Delia

Os preguntareis, ¿Porq la tienes cogida de la mano? ¿Porque le has dicho que es tu novia? Y ahora empezareis con las sonrisas complices, para despues decirme: ¿Acaso te gusta Eider? Ya sabiamos que algo te molaba, es tan maja, y tan guapa.


Simplemente: No. No me gusta,  la soporto por el tour que me debe, nada mas. Para salir con una Hada, antes tendria que estar al borde de la muerte

Pero no quiero daros ideas

-...entonces despues de el entrenamiento, os enseñare un poco unas estatuas y la historia si asi os apatece. Pero tendremos que ir a comer al banquete de media tarde.

Al parecer me habia perdido el comienzo de lo que hariamos el resto del dia. Parpadee confuso un par de veces para centrarme

-¿Que opinas tu?-Dijo ella algo incomoda, al igual que yo. Le solte la mano y me limpie el sudor de la mano en la chaqueta

-Esta bien, probaremos tu cutre espada.-Dije encogiendome de hombros

-¡No es cutre! ¡Es un regalo! ¡¿Que te pasa, estas celoso?!-Me empujo sorprendiendome en el acto. No me la imaginaba con tanto genio, me habia sorprendido

-¿Celoso yo?-Me rei sin gracia-Tengo mi propio tridente. No necesito un trozo de chatarra.Cuando este celoso, lo sabras

Me miro ofendida y curiosa, se puso a caminar por delante de mi junto al enano
Vi a otro idiota aus se ponia caminando detraz mirandole las piernas largas y la falda. No podia negar que todos le mirasen, creo que esos enanos nunca vieron piernas de verdad

Estiro la mano haciala falda que cubria el traserode Delia. Estire la mano y le cogi del ante brazo retorciendoselo . Gimio de dolor

-¡¿Pero que haces maldito...maldito...?!-No sabia que criatura era asi que no podia insultarme con certeza

-Cierra la boca-Dije borde

-Porque tu lo digas pedazo de...-Le cogi de la barba y empece a tirar de ella con mucha fuerza hacia abajo notando los pelos rompiendose y elpuso cara de dolor-¡Oye...!

-Intenta hacer de nuevo lo que has hecho y te arrancare los ojos del craneo. ¿Te queda claro enano?-Le dije con mucho desprecio

Despues de tener que rodearla con el brazo para que todos los enanos  dejaran de mirar  debajo de la falda. Fuimos a comer donde pusieron Beicon,Pan, Estofados, Salchichas...De todo. Comi como si no hubiera un mañana mientras ella comia fina y delicada.  En mi hogarla comida salia bolando del plato al estaren el agua. Asi que aproveche para comer todo lo que pude. Total. Un triton necesita energia.

Cuando porfin terminamos de comer, el Enano que se llamaba Lars. Nos llevo a una pequeña zona de entrenamiento.

-Toma chico, necesitaras algo mas que un tridente camuflado. Vuestra proxima parada es el mundo de los Elfos, y no reciben que se diga...Muy amablemente.

-Entendido-Asenti cogiendo la espada de doble filo. Plateada con unas marcas muy extrañas a lo largo de la hoja, la empuñadura estaba forrada de cuero negro y un diminuto Ovalo de plata que hacia compensar los ocho centimetros de la hoja de doble filo.

Me fije en la empuñadora donde encima habia unos pequeños botones, uno de broce que indicaba una lanza, otro de plata con una acha de doble filo al igual que la espada, y uno tercero que indicaba la espada

Entrene con Lars, bastantes horas seguidas para asi, saber manipularla en combate. La camiseta a la primera hora estaba empapada de sudor. Me la quite y segui entrenando las dos horas siguientes, vi a Delia entrenar con una enana, que le indicaba como sujetar la espada. Era divertido ver el miedo de Delia


Horas mas tarde, ella y yo seguimos nuestro camino. Lars, nos habia dado dos bolsas con comida en abundancia, creo que le caiamos bien porque yo comia tanto como ellos, y Delia era la simpatica
 Atravesamos un portal de piedra corriendo, tapiado. ¿Corriendo? Si, contra un muro gigante en forma de arco.
¿A que es alucinante? 

 Por surealista que pareciera, cambiamos de entorno. De una ciudad de piedra con enanos de aqui para alla, eructando y con el ruido de las armas de fondo a un bosque tranquilo y bello, como los ds las Hadas. 

-Me recuerda a mi hogar-Murmuro con algo de tristeza

-A mi tambien al mio, la tranquilidad es agradable-Puse una mano en au hombro de forma insegura. Como si eso no fuese correcto. 

-¿Si no entras en el agua en un tiempo dejas de...?

-No, si. No lo se. Hay un mito que dice que para no perder tu cola, tienws que entrar en el agua una vez al dia. Si no...tu cola se va perdiendo. Aunque en mi caso no lo tengo claro


-Eider-Murmuro mirandome seria y gire levemente el rostro para mirarla

-No te escondas

Le mire sorprendido

-¿Que? ¿Que estas diciendo? 

-Se que me cubiras las espaldas con esos enanos

Trage saliva nervioso porque no me solian felicitar las acciones

-De nada, lo hice porque eres mi amiga-Le empuje en broma aunque casj se cae-Perdon

-No importa, pero...te debo una-Se inclino poniendlse de puntillas apoyandose en mi hombro con varias manos,y me dio un beso en la mejilla

Mis mejillas se tiñeron de un color escarlata, se separo sonriendo y yo sacudi la cabeza tapandome los ojos con el pelo

-Debemos seguir caminando-Murmure aclarandome la garganta

Caminamos en silencio, con ella detras. Creo que sonreia. Entonces en medio de los cantos de los pajaros, la dulce luz de la tarde que se filtraba por el bosque. Una flecha hizo silencio en el entorno.

Un suspiro ahogado se escapo de mis labios, puse la mano en mi hombro, notando una flecha salir.  Mire al frente viendoa varios elfos escondiendose

-Elfos-Dije con voz ahogada y perdi el conocimjento cuando otra flecha rasgo mi cintura dejando una fisura que sangraba

Capitulo 17

Me desperté con el croar de las ranas que habitaban en un lago cercano, y vi media manta encima mío, mal puesta. Me incorporé sentándome, viéndole dormir. Me preguntaba si me la habría puesto él. No me cuadraba, él solía ser tan frío... Como un huracán en medio de la Antártida. Fuerte y frío, con una decisión increíble. Pero creo... Que tenía un corazón cálido, oculto tras esa máscara. Lo había visto en sus ojos que se iluminaban en vez de estirar sus labios, como dedicándome una sonrisa silenciosa, imperceptible. Pero veía que era como sabio, que sabía más de lo que aparentaba, más de lo que decía.
Y la charla de anoche... Me gustó hablar con él. Fue como hacer algo que no fuera discutir, y fue agradable.
Sus ojos se abrieron bajo mi mirada, batiendo las pestañas como yo cuando revoloteaba moviendo mis alas. Un bostezo, un estiramiento.

-¿Por qué me miras tan fijamente? ¿Soy muy guapo o algo?-su frase me sacó de mis cavilaciones, haciéndome también sonrojar.

-No, ¿por qué dices eso?

-No sé, a lo mejor lo he imaginado al ver tu cara babear por mí.

-Idiota-negué como si no tuviera remedio divertida, para añadir-: Deberíamos irnos, está amaneciendo.

Asintió mirándome a los ojos fijamente, como si fuera su presa, mientras de levantaba.

-¿Te es raro no tener cola de pez?

-¿Y a ti caminar y no volar?

-Sí, pero te acostumbras.

-Pues ya está.

-¿Por qué eres tan borde?

-Porque pienso que no tienes que ir por la vida siendo simpático. Si alguien merece tu cariño, se lo ganará, a pesar de las dificultades.

¿Ves? Por eso él me sorprende. No es lo que parece.

-¿Alguien se ganó alguna vez tu cariño, tu simpatía?

Simplemente se encogió de hombros, así que saqué mi brújula y fuimos en dirección al mencionado lago, un camino a los enanos, tan famosos porque, a pesar de ser pequeños, eran fuertes.

-Esto, Eider... No pienso pasar.

-¿Qué? ¿Por qué no?

-Porque mis alas se mojarán y dejaran de ser utiles, de funcionar-dije con un escalofrio recorriendo mi espalda con la mera idea de imaginarmelo.

-Va, Delia, seguro que eso es solo un mito como lo de los tritones de las piernas. 

-Quizás, pero no pienso averiguarlo.

Suspiro como armandose de paciencia.

-Delia, te aseguro que si algo le pasa a tus alas yo me hare responsable. 

-¡Pero eso no servira de nada! No me puedes pagar una cirugia de alas... ¡Porque no existen! No tengo capas protectoras en...

-Capas!-exclamo interrumpiendome como si le hubiera dado una idea. Cliché? Donde?-Espera un momento.

Y se fue dejándome con el agua del lsgo llevándome por los tobillos, y las alas mas tensas que una cuerda de guitarra.

Cuando volvió, traía consigo una especie de bol que no sé de dónde lo había sacado, junto a un monton de hojas, pero que muchas, y las echó ahí, empezando a machacar.

-Te lo pondré por las alas.

-¿Qué? ¿Bromeas?

-No, ¿por qué?

-Esa sustancia es asquerosa, la vas a poner por mis alas, y son delicadas.

-Delia, te parecerá fea por fuera, pero en realidad su poder curativo es muy grande, y de hecho es suave como el culito de un duende.

Me lo quedé mirando fijamente.

-Ven, confía en mí-dijo con voz suave, y se acercó a través del agua, sin convertirse en tritón.

Tocó mis alas con cuidado. El tacto era suave y delicado... Nunca antes lo había experimentado.

-Es la primera vez que me tocan las alas...-susurré mientras él movía las manos como si tocara un arpa y me las dejaba llenas de eso. Era ligero, por suerte.

-Me alegro-dijo también entre susurros-. Bien, entraremos de golpe, ¿sí?

Asentí y cogió mi mano.

-A la de una... A la de dos... ¡Y ya!

Y atravesamos el agua, cerrando los ojos dejando atrás las ranas y los árbolos, y apareciendo en un mundo en donde la gente era un metro más baja que nosotros, (aunque no quería saber cómo lucía yo en mi apariencia normal).

Cogidos de la mano para no perdernos entre esa marea de enanos simpáticos, porque varios nos saludaron, y uno venía hacia nosotros, me di cuenta de que aunque nos perdiéramos nos veríamos fácilmente. Quizás sonase ofensivo...

-Uy, ¿pero quién es esta hada tan guapa?-dijo sonriendo.

-Me llamo Delia-respondí educada, y él sonrió aún más, mientras Eider nos miraba con el ceño fruncido.

-¿Le gustaría a la señorita...-al toser el tritón, añadió-: Y al señorito, ir a la armería?

-¿Qué es eso?

-Un sitio donde hay muuuuchas armas, y algunas muy especiales-me guiñó un ojo cómplice, y le seguimos.

Llegamos después de andar poco, y, efectivamente, estaba lleno de armas, sobretodo de espadas. A nosotros nos dieron unas pintradas de dorado y azul, una mezcla extraña de colores, pero se veía que erna muy alegres.

-Cuidadlas, son especiales, se iluminan de distintos colores cuando aparece un enemigo-dijo susurrando misterioso.

-¿Qué enemigos?

Rió.

-Eso dejo que lo descubráis vosotros.

-Eso no nos va a ayudar en nada.

-De hecho sí. AUmentará vuetsra astucia y vuestro instinto.

-Pero nos puede matar al no saberlo.

Se encogió de hombros yéndose, y otro lo sustituyó sonriéndome. ¿Es que no había enanas guapas? Vale, mi nivel de crueldad subía mucho aquel día.

-Eres muy guapa, ¿quieres ir a un bar a tomar una copa?

Vale, tampoco saben ligar.

-Ey, deja en paz a mi novia, si se va a tomar una copa será conmigo, no contigo-intervino Eider rodeando mis hombros con el brazo.

Le miré mientras el enano se iba lanzándole miradas matadoras.

-¿Por qué hiciste eso?

-Porque era pararlo o nos íbamos a quedar todo el día con enanos tratando de ligar contigo.

Rodé los ojos mientras miraba las espadas.

-¿Por qué nos las habrá dado?

-No sé, la verdad. Quizás algún día lo averigüemos.

-¿Y si no lo hacemos?

-Lo hará el alma que vive dentro, es la que nos protegerá.

-¿El alma?

Sonrió enigmático señalando la inscripción en otro idioma de las hojas.

-Soy más listo de lo que crees-y cogiendo mi mano (de nuevo), fuimos paseando.









domingo, 21 de febrero de 2016

Capitulo 16

Fuimos andando por el bosque de su mundo, la verdad es que era muy bonito, algunas de las flores se iluminaban como si fueran velas, y a lo lejos se veían Hadas saltar por las ramas o simplemente revolotear por las flores Eran tan pequeñas como insectos aunque no me hacia mucha gracia que fueran tan enanas.

Casi todas iban vestidas igual. Con una falda una camiseta de tirantes o de manga corta, y unos zapatos. Me preguntaba...como seria cuando llegase invierno?

Oh es cierto, a vosotros no os lo he contado. Nosotros tenemos unas estaciones que funcionan con los Astros. La luna y el sol.  Cuando hace mucha calor salen dos soles, y cuando es invierno salen tres lunas, y en otoño dos lunas y dos soles. Al principio siempre suele liarse. Pero los movimientos de los soles y las lunas cambian en cada mundo. En el de Tritones y sirenas nunca es invierno.  Pero vamos a dejar la clase del tiempo.

-Oye-Le llame y ella se sobresalto girándose- Necesitaría descansar, piensa que mañana vamos a andar mas que en toda nuestra vida

-No me hace falta andar-Dijo sonriente pareciendo superior a mi

-A mi si-Conteste frío-Y voy a descansar esta noche, quieras o no. Ademas es tarde, esta oscureciendo.

-Como si es de día, puedes dormir en otro mundo, aquí corremos el riesgo de...

-De que me encuentren, me maten, y a ti  te destierren-Hable moviendo la mano con aburrimiento-Nos conocemos de pocos días  y ya me se una frase tuya de memoria. Es agobiante

-¡Tu lo eres mas! ¡Si no fuera por tu estúpido capricho no estaría en esta situación!

-¡Pues quédate aquí! ¡Quédate con mami y con papi comiendo como una princesa y durmiendo en una cama de tela! No necesito a ninguna muñeca de porcelana a la que vigilar para que no se rompa o se pierda-Apreté los dientes

-¡Ni yo tendría porque cubrir a un asesino que mata Hadas!

Apreté los puños mirándole. Pero no podía negarlo. Alce la barbilla y me puse recto y tenso. No iba a dejarme pisotear. Como dijo mi padre "Siempre con la cabeza alta, aunque la muerte te este plantando cara" O algo así.

Cogí la cartera de tela que llevaba de color verde fuerte.  Y me fui alejando sin hacerle caso

-¡He! ¡Aun no he acabado!

-Yo si. -No hubo respuesta así que me fui a lo mas profundo del bosque donde se hablaban de Quimeras asesinas que vivan en el bosque. Pero sinceramente no me importaba demasiado

Una vez mas me quede solo. La soledad para mi no era un problema, era una solución para bastantes problemas.

Me senté a los pies de un gran árbol que después se unía con bastantes que tenia a su alrededor. Las ramas se entrelazaban haciendo así al árbol grande mas fuerte. Como una familia, que todos se brindan apoyo y gracias al grande pueden superar tormentas y huracanes.

Saque de mi mochila una manta que abrigaba. Y también una capa con capucha. Me la puse, me la ate al cuello ya que tenia dos cuerdas para ello. Me coloque la capucha y saque un pez pequeño con unas hierbas que había guardado, e hice un pequeño fuego con hojas de palmeras muertas que había por esa zona. Pinche el pez en un palo y lo puse cocinar.

Estaréis pensando, para ser un tritón que vive en el mar, sabe cuidarse. Y la respuesta es que yo salia fuera del agua muchas veces, y hacia experimentos y anotaba curiosidades que para mi eran desconocidas.

Saque la libreta que estaba forrada con un material de cuero que le había robado a Manzur. En ella había anotaciones de todo tipo. Me tumbe haciendo que la manta fuera una almohada y mire al cielo, las ramas habían dejado un trozo libre por le que entraba la luz de la luna. Era lo suficientemente grande para ver todas las constelaciones

-Se te va a quemar-Oí la voz de Delia que no me sobresalto. Oí como lo sacaba del fuego y  avanzaba hacia mi lentamente- Eider yo...

-No hace falta-Le corte  levantando la mano para que se callase-¿Que haces aquí?

-¿Se supone que mañana tenemos que madrugar no?-Me miro con una ligera sonrisa con esperanza

-Si, se supone-Me senté cogiendo el pez y con un cuchillo pequeño que ella me había dejado empece a quitarle las escamas y a partirlo-¿Vas a ir con este asesino por los mundos de Niume?

-Claro que voy, solo si a ti no te molesta ir con una muñeca de porcelana-Me encogí de hombros de interesadamente-Genial

-¿Quieres?-Le ofrecí y ella sintió cogiendo unos trozos que había pinchado en otro palo-Que disfrutes de mi pez

Note que se sonrojo levemente  a la luz del fuego y comió mirando el suelo

-¿Porque mirabas las estrellas?-Pregunto antes de que pudiera articular yo una pregunta

-Porque son originales, pero no hay ninguna de ningún tritón. Hay la constelación del Elfo, del Enano, de la bruja, de la Sirena, incluso de las Hadas. Pero de los de mi especie no hay

-A lo mejor es que no habido héroes

-Ya, ojala aparezca alguna tritón que sea un héroe y sea recordado en el cielo en una constelacion. Así no nos verían como unos don nadies.

Empezamos a comer en silencio y cuando acabe vi que ella se había dormido al lado del fuego. Yo me puse a admirar una concha de colores oscuros que había sido un regalo.

-Buenas noches sireno...-Murmuro con un tono de burla acurrucándose en el suelo y cayo en el mundo de los sueños.

-Buenas noches Delia


Capítulo 15

El aire se calló, no sentíamos nada, mientras caíamos a través del portal, dejando atrás el grito de Manzur, que se perdía en la lejanía arrastrando las palabras. Me parecieron horas, eternos minutos, y de pronto caímos al suelo, con un sonido seco.
-Bien, ya estamos aquí-se levantó tal cual mientras uqe yo tenía ganas de vomitar hasta mi estómago-. También veo que no estás muy bien. Que débil-comentó, y gruñí poniéndome recta mirándole.
-Vamos, sígueme.
-No soy tu perrito faldero.
 
-Tienes razón, pero, oh, claro... No conoces este mundo.
-Bien-se rindió al ver que yo tenía razón-. Pero luego me das un recorrido turís...
No acabó la frase porque toda aquella hada que pasara cerca suyo se hacia mayor, como yo. ¿Es que las sirenas y tritones tenían algo que neutrilizaba nuestra pequeñez?
-¡Corre!
Entre gritos de horror nos slejamos, haciendo que volvieran a la normalidad. Tratábamos de camuflarnos entre donde más gente había para que no notasen que éramos nosotros los causantes de eso y acabásemos mal. A mí considerándome traidora y desterrándome, y a él matándole. Eso podría aumentar más la enemistad y causar la guerra definitiva. Una de las dos razas podría desaparecer. Por suerte los caminos estaban vacíos y no hubo problemas.
Vi mi casa, la cual al ser yo grande se veía muy muy pequeña. Aún así le dije que se alejara un poco para que pudiera hacerme pequeña. Él asintió en silencio y se fue transportando consigo su misterio.

Volví a experimentar el cambio al hacerme pequeña, y revoloteé picando a la puerta. Ya echaba de menos mover las alas a mi antojo...

Mi madre abrió, con exporesión esperanzada, y al verme, comenzó a gritar "Está aquí, está aquí", mientras me abrazaba con fuerza. Toda la familia acabó saliendo y nos fundimos en un abrazo.

-No puedo quedarme mucho tiempo.

-¿Por qué no?-preguntó papá con dureza.

-Porque tengo pensado viajar por todos los planetas y universos y dimensiones-dije ilusionada.

-Oh, esta bien...-murmuró mi madre, que tenía el mismo espíritu aventurero que yo, así que podía convencer a mi padre, que me miraba ceñudo-Vamos a buscarte ropa y comida.

-No, solo necesito dinero, tengo algo en mi cuarto...-volé con velocidad allí, y cogí mi hucha, repleta de dinero. Maldito sireno que me iba a hacer perder mis ahorros...

Una vez me despedí y todo eso, salí y llamé a Eider, que apareció. Volví a hacerme grande.

-Me gusta que te hagas grande-dijo.

-¿Por qué?

-Porque sé que no puedes esconderte de mí.

-Eso me da miedo.

-Debería-sus ojos volvieron a aprecerme cálidos. ¿Pero es que no era capaz de sonreír?

-Vamos, tenemos mundos por delante.

-¿Qué hay de éste?

-Bueno, si quieres que cada hada que pase cerca tuyo parezca un gigante, te maten, a mí me llamen traidora... Puedo llevarte a donde quieras.

-Bien dicho, mejor nos vamos a otro sitio...

Rodé los ojos con diversión mientras caminábamos mirando la brújula.

viernes, 19 de febrero de 2016

Capitulo 14

Me la lleve cogida de la muñeca agradecido de que no se resistiese. Por dentro estaba lleno de ira. Y el secreto que guardaba y por el que creo que mi hermano luchaba con tanta intensidad de saber me perforaba el pecho cada minuto. Pero no iba a hablar lo. Eso es mio

-Oye...¿Es verdad que las sirenas matáis a hombres? ¿Y los hundís debajo del mar?-Pregunto algo nerviosa creo que por si la volvía a intentar ahogar.

Pare de golpe y note que se tensaba. Mire por encima de mi hombro haciendo que mi cabello cayera hacia delante tapando mis ojos fríos, pero le mire a través de ellos sin molestarme en apartarlos.

-Soy un tritón-Dije serio y frió-Y si. Lo hacen

No me moví sabiendo que me volvería a preguntar

-¿Y tu? ¿Que matas?

-Chicas-Susurre con voz siniestra que le hizo abrir mucho los ojos- Yo mato a mujeres.

De repente empezó a dar tirones de su mano para soltarse, pero no conseguía mas que parecer una loca por salvar su vida. Yo apreté con fuerza su muñeca

-¡Para! ¡Para!

-¿Sabes como nos llaman? -Negó- Los Diablos del Mar-Sonreí siniestro

-El nombre os va al pelo-Sonrió incomoda-¡Suéltame!

-¿Sabes lo que hacemos?-La empuje casi tirándola contra un árbol. Y me puse enfrente sin encerrarla. Viendo si era una gallina o alguien con agallas

-¿Coger un mechón del pelo de la chica?-Dijo con voz sarcástica que me hizo ser aun mas frió

-Cojo una gota de su sangre, y me la pongo en los labios, para luego relamerla. Cada gota de cada mujer que mate me dará 10 años de vida mas.

-¿Y vas a matarme por mi sangre?-Murmuro

Me aleje metiendo las manos en mis bolsillos dándole la espalda

-¡Oye! ¡Te hice una pregunta!

-No.Las Hadas no están en mi lista. -Alce la cabeza ya que miraba el suelo. Mire por encima de mi hombro dejando que mis cabellos tapasen mis ojos dejando ver solo mi sonrisa maligna-Aun no. Pero pronto lo estarás

Me aleje caminando dejándola atrás. Después de dos horas yo me había ido a mi casa y me había preparado una cartera y después fuimos hacia donde marcaba la brújula. Encontramos un portal tapado por la vegetación

-Primero iremos a mi planeta.

-¿Porque?

-Porque voy a ir a calmar a mi familia.-Se cruzo de brazos esperando que le dijera algo pero me quede callado con las manos en los bolsillos y se aclaro la garganta-Bueno, haz algo y quita esa hierba

-No soy tu sirviente-Le dije con desprecio

Ambos suspiramos a la vez al vernos las expresiones de enfado. Y empezamos a limpiarlo, arregle el extraño portal.

Y me levante oliendo como si fuera un perro

-¿Que haces?-Pregunto sorprendida-Oye es vergonzoso cuando te comportas así, en mi planeta ni se te ocurra actuar así

Le mire fríamente

-Manzur se acerca-Aclare y le cogí de la mano fuertemente- Y no te preocupes no quiero ver a mas Hadas.

-¡Vosotros! ¡Miserables!-Gruño

-Dime que el portal se cerrara

-El portal cambiara de planeta después de que entremos-Le pegue a mi rodeando su cintura con un brazo y cogí mi bolsa con la otra mano-Adiós Manzur

-¡¡Maldito Tritón!!-Grito y me deje caer con ella en el portal

Capítulo 13

Me quedé pensando en lo que había pasado mientras insconcientemente acariciaba mi cuello. Sentía que Eider emanaba una frialdad increíble. No sé, era como si fuera un chuchillo afilado, pero hecho de hielo, que si ibas más allá pasándote, se convertía en fuego helado que te acuchillaba. Vale, con esa metáfora parecía que le odiaba, pero en verdad me parecía misterioso, con un aura que me causaba curiosidad e intriga, fascinación por saber lo que había más allá de aquel muro enorme que impedía acercarse a él. Me pregunto por qué se protegía con él.

Caminé por el bosque sin saber que hacer, tan solo quedándome frente al río de nuevo, esperando que apareciese y poder hablar con él, porque no sabía cuándo iba a salir, o cuántas horas de vida me quedaban.

Primero vi algo acercarse a toda velocidad, entonces las aguas temblaron y su cabeza salió. Sus ojos me observaban expectantes, fríos como témpanos de hielo. Y su rostro se mostraba desolado, como si hubiera perdido una parte de su vida, o de su corazón.

-¿Estás bien?

-Sí, ¿por qué no iba a estarlo?

-Luces mal.

-Gracias, tú también eres muy guapa-dijo irónico mientras su entrecejo se fruncía.

-No me refería a eso. Tu rostro se muestra triste, ¿qué te pasa?

-Ya te he dicho que nada, Delia. De hecho, me gustaría comentarte una cosa.

-¿Qué cosa?

Sonrió maligno, como si tuviera un plan brillante.

-Yo te daré la brújula.

-¿Pero...?-esperé su respuesta.

-Pero a cambio me tendrás que llevar como de viaje por todo el universo, de planeta en planeta, de dimensión en dimensión.

-Las brújulas no tienen esa función.

-No, tienes razón. Pero digamos que sin querer se cayó al Lago Hechizado.

-¿Qué es eso?

-El nombre no es muy original, Delia, deberías imaginarlo.

Bufé cruzándome de brazos, mientras él salía del agua cinvirtiéndose en humano con ropa. Detrás de él, Ronan acompañado de Liriel venía. Ésta, con una sonrisa encantadora, le abrazó una vez estuvo delante, y, mientras él estaba tenso, trató de besarle. Y he dicho trató.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me rechazas?-siguió sonriendo, aunque su sonrisa flaqueaba.

-No sé, es que me ha hecho recordar a un delfín que conocía y que mi hermano alejó de mí porque le gustaba mucho-dijo con voz fría dando un paso hacia atrás, estando lo más alejado de ella posible.

Los ojos de Liriel se aclararon, y una mueca nerviosa se dibujó en su cara.

-¿Qué quieres decir?-rió fingiendo, creo, que no lo entendía, mientras Ronan estaba a su lado. Sin entenderlo.

-No sé, Liriel, dímelo tu. O, bueno, mejor no, tengo un largo camino por delante con Delia.

-¿Eh? ¿Es que vas a salir con ella?-preguntó confusa.

-No. Me voy a viajar con ella.

-En ningún momento di mi aprobación-intervení yo.

-Oh, vamos, Delia, ¿es que quieres quedarte en territorio enemigo, sin nadie a quien conozcas, para acabar como el asesino ese o peor?

-Pero es viajar por planetas donde hay criaturas más peligrosas aún.

-Estaremos bien. Solo ese viaje, y cuando vuelva, estaremos en paz.

-¿Cómo habéis transformado la brújula? O eso parece-opinó en voz alta Ronan.

-Eso es un secreto-su hermano le dirigió una mirada cargada de resentimiento. ¿Qué había pasado entre esos tres?

-Vámonos, Delia, nos esperan aventuras-dijo cogiendo mi muñeca tirando de ella. Se paró y se giró mirándoles-. Adiós-fue su fría despedida.

Y me arrastró mientras yo me quejaba y aprovechaba para chincharle:

-Que palabras tan bonitas. ¿Debo llamarte capitán Harfio?-reí y aunque su expresión permaneció seria, sus ojos, por una vez, me parecieron más cálidos.