viernes, 26 de febrero de 2016

Capitulo 20

El agua tenia un tono verdoso, un color esmeralda que era precioso, era lo  único que me encantaba de este sitio. El agua. El tal Derek no me parecía de alguien de quien fiarse. ¿Y porque narices tenia que estar intentando coquetear con la estúpida Hada? Ya tenia bastante con vigilar la, como para que encima ahora la vuelva tonta y la enamore teniendo que hacer que la vigile mas por las idioteces que seria capaz de hacer. Uf.

Me fui a ver mas barcos que habían atracados mas lejos del espectáculo tan ridículo que hacían esos piratas de pacotilla. Encontré un barco de tablones negro, con velas también negras adornadas con rojo. Parecía que las velas sangraban. Y tenia grabado a rojo "La compañía del Diablo"

Sin saber porque me empezó a doler la cabeza en cuanto toque los tablones de madera que formaban parte del barco. Entonces decidí volver.

Cuando aparecí donde estaba antes Delia ahora se encontraba a su lado Derek, que le rodeaba con un brazo y ambos se reían. Que divertido todo, ¿También se van a morrear y a tragar la saliva del otro para así intimidar? Que asco dan.

Salí por otro lado, y aparecí de nuevo con mi ropa en cuanto toque suelo seco con la cola. Me desabroche la camisa un poco, para ver la herida pero ya casi estaba cicatrizada. Bueno, algo era algo. Y la de la cintura estaba igual.

Oí gritos y decidí acercarme, después de 15 minutos andando me escondí tras unas rocas mirando a un grupo de piratas. Que estaban casi enfrente del muelle ya vació con el barco que vi antes.

-¡No mi lord...!  ¡Yo...Le juro haber visto un tritón en estos mares!

-¡Cállate Philip! ¡Así solo conseguirás que el capitán te mate! ¡Y que el Kraken nos persiga!

-¡Contramaestre se lo juro! ¡Lo he visto! No son de estas tierras...Por favor Créanme...

El tal Philip era de pelo castaño oscuro y ojos verde oscuro, tenia un poco de barba, y el pelo largo con rastras. Piel morena tostada por el sol y flaco. Y el contramaestre, de pelo grisáceo como si la edad le hubiera alcanzado aunque su físico decía lo contrario, era musculoso, y moreno. Y sus dientes eran de oro. Lo se porque cuando abría la boca brillaban como perlas

Me escondí detrás de un árbol, y vi al que creo que era al Capitán desembarcar de un salto. Iba con un bastón de lo que parecía de hierro forjado. con adornos de oro y otros materiales. Arriba tenia lo que aprecia una flor, pero los pétalos eran  cuchillos con el centro  lo que serian los estambres eran una pequeña concha de color grisácea y azul oscura, medio rota. Se parecía como la que yo tenia.

-¿Que es este jaleo?-Pregunto con voz seria. Tenia el pelo rubio con las puntas negras. Y los ojos de un negro carbon intenso. Era alto y musculoso, ademas de estar moreno como toda su tripulación. Cicatrices adornaban sus brazos desnudos.


-Philip, mi señor. Dice que a visto a un...tritón-El contramaestre le miro de una forma que ni yo supe descifrar

-Entiendo. -Se acerco a Philip y puso una mano en su hombro.- Grumete. No debe preocuparse por ello. No queremos malos augurios, ¿no es cierto?

-Si mi lord-Philip hizo una ligera reverencia y entro corriendo al barco.

-¿Que hago con el capitán?-Pregunto el segundo de abordo

-Nada-El capitán en tono serio miro al contramaestre- Cada muerte llega a su momento

-Como ordene-Se fue alejando pero una llamada del capitán le sobresalto-¿Si mi capitán?

-Que se preparen, nos espera un viaje movido. Y sobre el tritón. Si lo encontráis. Lo quiero muerto-Dijo serio clavando uno de los cuchillos en un pobre conejo de piel rosada que pasaba por allí-¿A que espera? Ya tiene cena

Y entro en el barco. Me escondí sentando sobre la roca pensando en lo que acababa de pasar. Mierda. No me había fijado si había alguien en la borda cuando nadaba. Cuando oí un ruido. Vi que el barco había zarpado. Corrí hacia la playa y mire a las personas que habían. Nunca había visto tantas criaturas mágicas juntas.

Entonces el Capitán cogió a Philip del cuello y se lo partió. Lo tiro  por la borda y desapareció.

Recogí uno de los cuchillos que formaban parte de la flor de su bastón

-¿Que haces aquí?-La voz de Derek me sobresalto y saque la espada  poniéndola a la altura de su cuello-Buscarte, Delia y yo te buscábamos.

-¿Se puede saber porque? ¿No estáis ocupados?

´-Si mas o menos. -Al captar mi mirada fría capto el mensaje, o mejor dicho. Uno muy diferente-Oh ya veo. Te gusta, pensaba que ahora mismo estabais en guerra

-1, A mi no me gusta pedazo de zoquete. Y 2 estamos en guerra desde hace mas de un Eón. -Dije frustrado guardando mi espada

-Ya, ya. Sin embargo no te habrá molestado, ¿no...?

Le mire sin comprender

-El beso que me he dado con ella-Sonrió y puse cara de asco-Bueno, se lo di en la mejilla. Pero la próxima vez..."Apuntare mas alto"-Dijo imitando mi voz

-No te creas como alguien a la que no le llegas ni a la suela. -Le pegue un empujón.-Y déjala en paz. Ella y yo somos un equipo. Y si te unes, te quiero a diez pasos de ella. Te queda claro Orejudo?

-Como el agua-Dijo lentamente-Aunque deberías tratarla mejor. Su puestamente sois un equipo y la tratas como si fuera un trol.

No conteste alejándome de el. Ignorándolo Sin embargo sabia que ella lo había escuchado

Después de una hora. El gran y amable Elfo nos invito a su "pequeño palacio"  ignore contemplarlo aunque era genial. Lo odiaba, como a su asqueroso dueño. Yo no necesito a un imbécil como guía. Con ver las playas y el bosque y a un poco de la gente de aquí me es, suficiente.

-Feliz cumpleaños Delia. Se que fue hace un par de semanas, antes de que nos conociéramos. Pero quería dártelo-Mire por una ventana diminuta que daba al pasillo y vi a Derek vestido con una camisa unos pantalones ajustados y botas ligeras. Le estaba poniendo a ella un collar con algo elfico.

Apreté los puños. Al parecer le habían hecho una fiesta a la que nuestro gran amigo Derek no me había invitado. ¿Así Orejudo? Si quieres guerra. La vas a tener. Y tu, vas acabar muerto.

Me vestí con una camisa nueva blanca que por el borde de cuando terminaba habían pequeñas olas pintadas. Me puse una chaqueta de cuero marrón con unos pantalones de cuero marrones y unas botas verdes. ¿Porque casi todo era de ese maldito color? Uf.

No me peine. Yo no me peino. Salí y vi a Derek con un acopa y algunos sirvientes sirviendo copas a unos familiares y pequeños elfos que corrían por el lugar. Uf. Niños.

Me puse a su lado robando una copa de uno de los camareros.

-Bonita fiesta-Dije frió bebiendo. Mi voz pareció sorprenderle

-¿Que? ¡¿Que haces aquí?!-Dijo sorprendido y frustrado

Me encogí de hombros

-Soy su amigo, ¿no?-Le mire mientras daba otro sorbo y sonreí con malicia- Aquí el que sobra eres tu, elfo.

-Ya lo veremos-Asentí lentamente desafiándolo

Me acerque a la mesa para coger algo de comer ya que mis tripas rugían. Antes de nada, no soy muy limpio comiendo, os he avisado. Cogí un pan de molde con queso derretido y algunas especies raras. Y me lo metí en la boca de golpe, mastique y me lo trague buscando otro

-Vaya...-El susurro fascinado me hizo levantar la vista de los platos.

 Y ver una escalera de mármol con ramas bien cuidadas de barandillas por la que bajaba Delia con un vestido que le llegaba hasta las rodillas, era de color negro y medio blanco una cosa parecida a una ola que baja desde la cintura hacia una de las rodillas separaba los dos colores. Le resaltaba notablemente el pelo azul claro y la piel de un color lila ligero.

-Por los mundos de Niume-Murmure confuso y algo fascinado. Ella me miro sonriendo cuando llego al final de la escalera, esperando que se le acercasen. No lo hice. Mire los platos fijamente pensando.

De reojo vi la sonrisa satisfecha de Derek. Antes muerto elfo. El se acercaba a paso lento, como si fuera un príncipe. ¿Pero sabes que pasa? Que los príncipes son solo un disfraz.

Me acerque con paso seguro y rápido. Le tendí la mano mirándole fijamente, con el rostro serio. Ella me sonrió y pensando que la sacaría a bailar me apretó la mano. Estas equivocada Hada.

La lleve a una terraza y note que rodaba los ojos como si algo le fastidiase. Desde la terraza se veía un poco el mar algunas pequeñas farolas iluminaban el puerto que se veía a lo lejos.

-Oye, nunca te lo he preguntado. ¿Pero mola ser hijo de Neptuno?

-¿Cuando he dicho que soy hijo de Neptuno?-Sonreí misterioso. Mire el mar  y sonreí pensando-¿Me permites?

-¿El que?-Le arranque el colgante de Derek y lo tire al suelo-¡Oye!

-Silencio. Esa mierda no es un regalo.

-¡¿Como que no...?!

-Los regalos se recuerdan, no se adoran.-Sonreí y me acerque puse una mano en su mejilla y acerque mis labios a su oído sonriendo malvado y con picardía. Sabia que Derek había salido y nos estaba viendo-¿Quieres un regalo de verdad?

-Si-Dijo en un tono serio que me costaba mucho de creer. Sonreí alejándome y le hice taparse los ojos

Estire los brazos hacia el mar y empece hablar en un idioma que solo los Tritones conocíamos

"Álzate y sigue mis ordenes. Tanto tu como los demás mares me perteneces"

Hice que un parte del agua del mar formase un Felicidades. Cogí piedras piedras del suelo. Las encerré entre mis manos y las sacudí, luego las tire al aire y se hicieron luciérnagas que iluminaron la frase. También saque una hoja en blanco que llevaba encima y la rompí en trozos las arrugue y las volví a encerrar en mis manos las sacudí ligeramente y sople dejándolos volar. Se convirtieron en mariposas blancas

-Felicidades-Susurre en su oído con voz normal.

Seguidamente, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, desaparecí en la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario