viernes, 22 de abril de 2016

Capitulo 26

Una vez dentro hacia algo de frío pero por suerte antes de traerlos había hecho una pequeña hoguera que no se había apagado. Y estábamos tan lejos que nadie se daría cuenta del fuego. Derek se fue hacia el final de la cueva mirando hasta donde llegaba.

-¡Derek ten cuidado! -Le grito Delia con mas preocupación de la habitual. -Puede que haya alguna trampa o algo

-Pues acompáñame-Se quejo

-¡Espera!-Le pidió y me miro confusa.Desde que habían venido estaban muy raros. Había algo que me hacia dudar de ella, algo que me mosqueaba y no sabia porque, mi sexto sentido detectaba algo-¿Estas bien Eider?

-No se, dime lo tu-Me cruce de brazos-Al menos me esperaba un gracias, digo, no se, ¿las hadas no sois educadas?

-Gracias-Puso cara de aburrida y luego sonrió como una niña. Me abrazo.

No se lo devolví. Me miro confundida y me pego ligeramente nuestros labios esperando que se lo devolviera, por mas que sintiese un deseo de morderle los labios y arrancárselos, no lo hice. Esos labios ya  no eran los mismos, no entendía porque.

-Eider...-No le deje acabar, me cruce de brazos marchándome-¡¿Que pasa?!

-Voy a dar una vuelta, y de paso vigilar que no vengan, ¿si?

-¿Voy contigo vale? No te pongas celoso-Dijo en broma siguiéndome

-Ni estoy celoso, ni quiero que vengas conmigo. Gracias y adiós.-Me despedí y la deje petrificada marchándome por el bosque

Me fui observando el paisaje. Poco a poco entendía porque notaba esa sensación extraña con Delia. Pero eso era un secreto. Y se lo diría cuando tuviera que dejarlo ir.
Camine por el bosque hasta las narices de esta movida, yo solo quería respuestas, venganza. No necesitaba a una Hada estúpida jodiéndome el camino y a un príncipe que quisiera ser el héroe de la aventura. No hay ningún héroe, solamente hay tres idiotas

Fui a un pequeño lago escondido entre rocas, en una pequeña cueva que no estaba muy lejos de la nuestra. Descendí por ella encontrándome con un lago de agua cristalina, se veían las piedras del fondo  y el sol realzaba la belleza del lugar. A ella le habría encantado...Se habría emocionado, de no ser...

Oí un ruido y una piedra rodó por el suelo cayendo al agua. Me di cuenta que había sido yo al darle con el pie. Suspire

Me senté en  en el suelo de piedra  y me apoye en una de las paredes, mire el agua fijamente. Era todo tan hermoso...Un lugar donde por siempre descansar en paz. Para toda una eternidad

Poco a poco cerré los ojos quedándome dormido, oyendo las olas del mar haciéndome relajar poco a poco. Consiguiendo que cada uno de mis músculos se relajasen, me dormí.

-Estoy aquí-Susurro una voz muy dulce-Eider, estoy aquí. Estoy aquí
Abrí los ojos lentamente y vi en el suelo una foto arrugada, en blanco y negro de mi madre y yo

cuando era solamente un bebe, un tritón recién nacido, es el único recuerdo que tengo donde salgamos los dos. La recogí lentamente del suelo limpiándola la alce para verla a la luz del sol. Mi madre...Ainara Monroe. La mejor sirena de la galaxia, la mejor madre...simplemente la mejor. 

-Eider, estoy aquí-La voz volvió a sonar era como un canto dulce que te hacia estar tranquilo como si no hubiera peligro. Pero siempre lo había, no?
De repente la foto que sostenía en mis manos había desaparecido y tenia unas esposas, una brida que me sujetaba ambas manos. Mire fijamente las bridas sacudiendo las manos notando que se apretaban mas

Una mano se poso en mi mejilla, mire al frente lentamente. ¿Que...? No...

-Eider estoy aquí-Susurro de nuevo

-Mama...-Murmure con voz ronca y casi in audible-No...No, no. Tu estas muerta

-Y tu quieres respuestas-Me sonrió dejándome ver su melena rubia, tenia la cola en el agua y me acariciaba la mejilla-Tienes que encontrar a tu padre, el es único que puede sacarte de aquí...Y mantenerte con vida

-Cállate.-Gruñí con los ojos cristalizados. Me quemaban. Yo nunca lloraba, y si lo hacia no era por una niñez.-Cállate, estas muerta...

-Ronan...Prométeme que lo cuidaras.

-Cállate...

-Hazlo, mi pequeño...

-¡¡¡¡Cállate...!!!!-Le grite. De pronto no oí respuesta, no oí ningún chapuzon. No oí nada.

-Eider. Te necesitamos-Liriel apareció delante de mi, cruzada de brazos con su hermosa cabellera blanca cayendo por su hombro. Si los tritones tuviéramos corazón, me atrevería a decir que fue ella quien me lo arrebato y destrozo. Pero no tenemos.

-¿Para hacer un trió?-Conteste apretando los dientes

-No seas rencoroso, busca el perdón. Ese es tu mayor error.-Me acaricio la mejilla de la misma forma que mi madre y me dio un beso en los labios. Sentí dos emociones contradictorias, besarle de nuevo, y vomitar

-¡No pienso perdonar! ¡Sois unos mentirosos todos! ¡Solo tengo que continuar solo, y conseguiré lo que sea que me proponga!

-Hasta la muerte mas dolorosa-Dijo y su imagen centelleo como si fuera una película antigua que no funciona bien-O la mas lenta

-Deja de decir idioteces, total, ¿tu estas ocupada no?-Una vez mas no recibí respuesta, me sacudí para moverme del sitio y levantarme hacia ella que se quedo callada. Las esposas se cerraron mas, gruñí -¡Sacamelas! ¡Liriel!

Mire en su dirección pero ya no estaba. Ahí se encontraba Manzur, con mi madre a su derecha y Liriel a la otra. Y el cruzado de brazos sonriendo victorioso

-Así es como acabara todo amigo mio-Sonrió ampliamente haciéndome enfadar mas

-¡Eres un cerdo! ¡No me lo pensare dos veces, romperé tus alas, te dejare sin nada como tu a mi familia!Te destrozare la vida!

-Esperare con ansias nuestra batalla. Hasta ese momento, ya tengo algo con que divertirme-Se rio cogiendo de los cabellos a Liriel a mi madre y...

Desperté de golpe. Respire hondo y entrecortado tratándome de calmar

-¡¿Que mierda...?!-Cogí aire y busque la foto encontrándola metida en su sobre bien guardada y segura en mis pantalones. Respire mas calmado levantándome.-Genial, la mejor pesadilla del año...

Salí fuera encontrándome con Liriel.¿De verdad o de mentira? No lo se, pero cuando me vio se lanzo a mis brazos llorando. Me quede tieso

-¿Esto..Liriel?

-Eider...Socorro...-Murmuro con la voz rota-Eider...Lo siento...

Con esas cuatro palabras entendí su mensaje. Le cogí las mejillas y separe nuestras frentes que no se como se llegaron a juntar. Le mire a los ojos fijamente buscando su mirada

-¿Donde esta?

-Manzur...El...-Sollozo

Apreté los dientes notando como me quemaban los ojos.

-¿Lo ha...?-Negó y respire algo mas tranquilo

-Tenemos que salvarlo...Por favor...Eider...Le quiero...

-Y yo-Le cogí la mano

-Perdónanos...No queríamos...No sabíamos...-Le interrumpí tapándole la boca. No mas dolor, no mas lagrimas. No mas rencor.
-Al menos tenéis un cacho de corazón

Miro el suelo con tristeza

-¿Lo encontrare, pero como has llegado?

-Seguí tu camino, tampoco avanzaste tanto

-He encontrado a mi padre, y estoy...Estoy pensando en algo, pero no creo que sea la mejor de las soluciones

-Lo que sea por salvarlo-Asentí

Le lleve con ellos y juntos pasamos aquella noche, llena de tensión y miradas de odio. Derek y Delia habían dormido juntos, abrazados. Así que eran novios, genial. Aunque no entendía las miradas de odio de Delia a Liriel.

A la mañana siguiente caminamos hacia la playa.

-¿Que piensas?

-Yo nunca quise escapar de ese barco, pero tenia que poner a salvo a estos dos mendrugos
-Y ahora?

-Ahora toca volver

-¿¡Que!? ¡No!-Grito Delia-Nos costo salir, y a mi casi un alto precio!

-¡Pues quédate con tu novio! ¡Quedaros en la cama de la cueva acurrucados y refrotandos ahí como dos posesos! ¡Sera que no te a molado la nochecita! ¡Nadie te pide que vengas!

-¡¿Pero de que estas hablando?!

-¡¿De verdad te crees que soy tan imbécil?! -Me acerque y le mire con odio-Si quieres a un panoli arrodillado ante ti cógete al principito. Pero a mi me olvidas, no soy el juego de una hada.

-Eider, chicos. Mirad-Me gire viendo hacia donde señalaba su mano. Hacia un barco. El barco de mi padre que se veía enano en esa costa.

Corrimos hacia allí y subimos.

-Papa, tengo un favor que pedirte. Es importante, es mi hermano-Me miro fijamente y por un instante pude ver que me entendía, y que quizás, que a lo mejor en el fondo no era tan mala persona.

-Podéis quedaros, pero tendréis que compartir camarotes, las chicas tendrán que ser las cocineras vosotros limpiar, y alguna noche espero que ofrezcáis algún espectáculo que nos ponga todo de punta.-Sonreí malvado y me aparto de un empujón fuerte y bruto pero con un toque que solo yo capte de amistoso-Vosotros no, las dos señoritas

Les sonrió y ambas se estremecieron. Se miraron y se cruzaron de brazos.

-Pata de palo llevalos a su camarote!-Un hombre que estaba calvo y tenia ojos azules empezó a mirar si llebavan comida o algo. Y empezo a guiarlos hacia bajo cubierta

Me apoye en la barandilla viendo la arena desaparecer, suspire y respire bien hondo intentando captar la ultima esencia de este lugar

-Eider-Mi padre. Archer puso su mano en mi hombro y se poyo de lado en la barandilla de madera pulida mirándome fijamente intentando entrar en mi mente-No te atormentes

-No se porque debería-Le devolví la mirada-Quizás, eres tu el que se atormenta

-Si, me atormento por que tu madre no este aquí. Me atormento por muchas cosas, y sin embargo. Sigo mi camino. Sin importarme a quien mate por el camino, porque lo mas importante de mi vida, soy yo. 

No conteste mirando como Liriel salia y le pegaba un puñetazo a uno que le estaba mirando la falda que llevaba. Y Delia iba con unos pantalones cortos que había cortado ella, había dejado sus falditas. Le mire serio, sintiendo los músculos de la cara relajarse

Me dieron una palmada en la espalda. Maldito seas padre, podría avisarme antes de darme una palmada de que me tiraría por la borda si no tuviera reflejos.

-Oye muchacho-Me dijo alejándose de mi sonriendo, mirándome por encima de su hombro, de su chaqueta de capitán. Y dejando que su sombrero realzase la figura intimidante.-No la dejes escapar, no cometas el mismo error que tu viejo

-Yo no quiero a nadie-Mire a Liriel y a Delia que parecían ponerse de acuerdo para pegar a los piratas y gritarles

-Solamente te digo que no seas idiota, si la quieres díselo. No pierdas el tiempo. No pierdas la vida en un error.

Asentí lentamente planteándome. Planteándome que quizás, me convirtiera en un pirata. No estaría tan mal vivir en el mar. Lo haría. Algún día. Mire a Delia frustrada sentada en un banco lleno de musgo. La mire fijamente unos instantes, y luego mire el mar mientras todos los piratas se ponían a trabajar.
Me fui  a popa y empece a cantar en esa lengua del francés antiguo, viendo a tiburones mostrar sus aletas y perderme en ese caso que yo estaba montando.

Era la hora de la caza, y yo iba a por mi presa

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