Le bese con tanta pasión que llego un momento que ya no sentía los
labios, ni siquiera los suyos. Notaba tirones, rampas de toda mi piel,
músculos. Mi cuerpo decía que estaba mal, y el suyo también. Y aun así lo
ignorábamos.
Note la mirada de alguien y un leve
chirrido. Me separe lentamente dejando que los labios de Delia chocasen con mi
mejilla, pudiendo así captar su respiración entrecortada. Vi a uno de los
marineros que estaba con un palillo entre los dientes sonriendo.
Iba hecho una pena, sucio, con la ropa
vieja y sucia. Y una sonrisa macabra realzaba el aspecto que tenia.
-Te quieren en cubierta novato.
-Ahora voy
-Más te vale-Sonrió de forma dura y salió
dejando la puerta abierta
Me levante y me arregle la ropa que ya de
por si era un desastre. Vi la mirada de Delia que se había sentado en la cama
tocándose los labios con preocupación.
-Oye Eider-Me llamo en cuanto estuve a
punto de salir sin mirarla.
Mire por encima de mi hombro dejando que
parte de mis melenas tapasen mis ojos
-Lo sé, lo tendré-Sonreí levemente
captando lo que diría "Ten cuidado"
Salí a la cubierta y vi a mi padre cruzado
de brazos mirándome
-Eider, sígueme-Hizo un movimiento con la
mano para que le siguiese. Y eso hice. Le seguí hacia su gran camarote de
capitán. Entramos
El camarote estaba bien decorado de
cabezas de todas las criaturas posibles del mundo de Niume. Y algunas que
eran...simplemente leyendas. A los lados tenía grandes estanterías con libros
viejos y enfrente una gran cristalera con cortinas corroídas que dejaba ver el mar.
Pero delante de esto había un escritorio y muchas armas depositadas encima
-Creo que deberías guardarlas-Dije mirando
un puñal muy extraño- ¿De dónde?
-¿De dónde qué?
-¿De dónde lo has sacado?
-¿Te refieres a todo esto?
-Asentí-Robando.
-No sé ni para que pregunto-Me acerque a
una de las estanterías intentando encontrar algún libro que entendiera.
-Hijo, no encontraras nada hasta donde tu
alcanzas.
-¿Porque no?
-Cuando eras pequeño te traía aquí, y
siempre rompías los libros y golpeabas con ellos a los duendes que tenia
encarcelados hasta casi matarlos. No sabía si odiabas a los duendes o a los libros.
Y por mas altos que pusiera los libros siempre encontrabas la manera de escalar
la estantería. Así que todo se guardo donde tú no llegases nunca
-Y luego dicen que no soy divertido-Me
encogí de hombros ante mi sarcasmo enfundando las manos en mis bolsillos-A
donde va a parar esto, ¿papa?
-Que a veces, tienes que dejar de buscar
frente de ti, y mirar hacia arriba-Concluyo-Y que tengo una cosa para que veas.
En la mesa de su escritorio dejo una
libreta, parecida a la mía. La abrió dejando ver dibujos de criaturas mágicas y
que eran o leyendas o reales. Incluso de algunas tenia muestras, pelo una pluma
una escama, lo que fuera. Era impresionante.
-Vaya...-Susurre sacando mi libreta y
comparándola con la suya, la mía tenia dibujos de mecanismos antiguos, pequeñas
profecías, y cosas que ya no entendía.-¡No puede ser...! ¿¡Estudiaste al
Leviatán!?
-Si esta en unos mares muy peligrosos. Y
se de la existencia de uno en los mares de la costa negra. Donde viven los
Drow, los conocidos elfos oscuros.
-Eso no le haría gracia a un Elfo que yo
me se-Me senté en la mesa mirándole fijamente esperando algo mas-Dame una
explicación
-Manzur no es un Hado. Es un Duende. Y tú
lo sabes, pero siempre te estás negando aceptarlo porque...
-¡No me niego aceptarlo! ¡Es un Hado!¡O
como quiera que lo llamen! ¡Es un monstruo!
-¡¿Si tanto odias a su especie, porque
estas marreándote con una de ellas?!
Pegue un puñetazo a la mesa haciendo
crujir mis dedos. Levante la mirada lentamente clavándola en sus ojos, pero los
de él, ya estaban clavados en los míos
-Eso a ti. No te importa. Padre.-Dije con
desprecio
-Está bien-Gruño arreglándose el gorro de capitán-Pero
Manzur no es uno de ellos, aunque sería la excusa perfecta para odiarlo más.
Sobre las alas, es un hechizo. Nadie puede cambiar lo que es, y él lo intento.
No puede volar. Por más que lo intente, son decoración. Es un Duende. Lo que tu
mas odias.
-¿Casualidad? No lo creo-Guarde mi libreta
en la bandolera de tela vieja que llevaba. Y algo mas
-Eider. Esa cosa quiere matarte y se la razón.
De hecho todos lo saben, le arrancase un trozo de sus alas. Se le evaporaran y
su identidad quedara al descubierto. Por ti.
-Se lo merece. Se merece sufrir. Debe
morir.-Abri la puerta dispuesto a salir e irme.
-Lo sé. Y salvaremos a tu hermanastro.
Pero, cuando llegamos a su territorio. Deberás descender solo.
Asentí y me fui
Salí a cubierta, sacando a su vez su
libreta que le había robado. Sonreí maquinador revisando sus anotaciones.
¿Drow, eh? ¿Eso era lo que Manzur había
alquilado para atraparme? Vaya, vaya.
-Aquí está el héroe-Dijo una voz
divertida. Le mire
-Hola Liriel-Le salude guardando la
libreta polvorosa.-¿Que sucede?
-Quería saber si habían novedades, creo
que como tenga que soportar a todos estos me dará un ataque-Sonrió con tristeza
-No hace falta que esquives la pregunta-Me
di la vuelta apoyándome en la barandilla mirándole fijamente mientras ella
suspiraba y hacia lo mismo
-No lo hice queriendo, ¿vale? Porque también
es cierto. Pero la verdadera respuesta ya la sabes
-Si, la se.Y por ello te tienes que calmar
-¿Es que tu no estás asustado?
-Si, lo estoy-Admití viendo a Delia salir
y hablar con un marinero que le ayudaba del brazo porque se había dado en la
cabeza con alguna cosa.
-....y sinceramente ya nosecomo hacerlo para
llevarlo mejor-Le mire confuso, y se rio-¿ Entiendes?
-¿Qué? No ¿Que has dicho?
-Nada, da igual-Sonrió, me abrazo con
fuerza haciendo que me tensase. Se separo mirándome fijamente mientras yo
tenia los ojos clavados en el pirata que ayudaba a Delia
-¿Tu la quieres?-Me pregunto sin rodeos
-Esa pregunta no viene a cuento-Dije
finalmente cruzado de brazos mirando a Liriel a los ojos
-Está bien. Pero hazte un favor a ti
mismo, héroe.-Me puso un dedo en el pecho apretando como si me estuviera riñendo-Díselo
Me sonroje desviando la mirada a Delia,
suspire devolviendo la mirada a Liriel que sonreía alejándose
Claro, díselo. Así tal cual. Como están
sencillo ponerme yo solo de acuerdo..."Suspirar mentalmente"
Fui hacia popa y subí los escalones hacia
la toldilla donde se encontraba el timón. Delia estaba con una venda apretándose
la zona herida.
-No vales para estar en un barco-Le
chinche
-Ya, ni tú para ser educado-Me remato.
Me acerque y le quite la mano de la cabeza
viendo un chichón grande morado
-Vaya, si que te has dado fuerte
-Ya, no miraba por donde iba. Culpa mía
-Estoy seguro-Me sonrió y yo se lo tendí
Se lo puso mirando el mar y yo me aleje
caminando ya que oía gritos de mi nombre para que ayudase a inspeccionar el
fondo del mar o ayudase con las cuerdas. Oí su suspiro
Camine velozmente a paso firme y me puse detrás
de ella con las manos en sus cederás notando como se sorprendía
-Te lo diré una sola vez. Así que escucha
bien
-¡Eider!-gritaron de nuevo
-¿Si...?-Susurro mirándome sonriendo
-¡¡Eider!!-Grito un marinero subiendo
Suspire, le guiñe un ojo a Delia
-¡Ya voy!-Grite yendo hacia el metiendo
las manos en mis bolsillos
-¡Eh! ¿¡Y esa cosa que me tenias que
decir...!?
-En otro momento sera-Sonrei
Y me despedí con un saludo militar bajando
por las escaleras.
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