viernes, 19 de febrero de 2016

Capitulo 4

La observe con confusión.Mientras ella revoloteaba como un pajarito atrapado. ¿De que tenia miedo? Yo no me la quería comer, de hecho, me daba repulsión esas alas. No me gustan
 Se puso a revolotear como loca chillando cosas que no lograba entender. Hasta que por fin se quedo callada ya que se había enredado con unas lianas que colgaban de los arboles. Para ser una Hada que tiene que estar acostumbrada a volar, se le da muy mal

Yo estaba debajo de ella mirándole confuso, con la cabeza solo fuera del agua

-¿Que haces aquí? Se supone que las Hadas no deberían andar por este territorio-Dije saliendo mas mostrando hasta mi cintura

-He venido a pescar -Dijo poniendo sus ojos en blanco. ¿Eso era un hechizo?- Es una broma tonto

-¿Y porque no te vas?

-Es que estoy tan cómoda en las lianas y es tan dulce el olor al mar, que no me quiero ir

-El mar huele a sal-Le aclare-Y espera

-¿Que espere a que? ¿Me vas arrancar las alas?

-No-Dije serio y a su vez confuso

Me sumergí en el agua y fui hasta lo mas hondo del rió. Nuestra diminuta dimensión era prácticamente agua, pero había una isla con unas cuantas montañas en las cuales nevaba. Antaño se decía que vivían ninfas que protegían a los animales y peces que se criaban en los ríos y después descendían al mar donde nuestro padre les permitía vivir. Algunos se atreven a decir que hay sirenas  tritones por los ríos y que son ellos los que custodian la tierra a su vez. Son los que nuestro padre dice que no quieren vivir con reglas. Que son profanadores de la tranquilidad. Pero...Eso solo son leyendas.

Salí tan rápido que pensé que cuando saliese a la superficie podría tocar el cielo, si no hubieran habido arboles estoy seguro que habría tocado alguna nube, o eso soñaba. En cuanto salí, hice lo mismo con en la carrera. Toque mi ante brazo izquierdo donde un tridente se extendía por el, esa especie de marca nos aparece a todos los tritones cuando pasamos a ser adultos o guerreros. Puse mi mano derecha sobre el y en cuanto la separe la marca había desaparecido dejando a si, en mi mano el tridente.

Yo portaba un brazalete de metal que me ocupaba parte del ante brazo derecho con el que sujetaba el tridente. En el izquierdo mas arriba en el brazo un brazalete de metal oscuro se aferraba a este.

Lo pase por encima de mi cabeza haciéndolo girar y cortando las lianas. Una vez mas la misteriosa Hada soltó un chillido. Resultaba irritante a los oídos.

Caí notando el sol filtrarse por las ramas y hojas de los arboles de el pequeño bosque. Haciendo reflejar las escamas de mi cola gris oscura mezclada con amarillo por la cintura y oscureciéndose hasta el negro en la cola

-¡Espera! ¡¿Has visto mi brújula?!-La mire aun desde abajo del agua sin salir ya que podía respirar tranquilamente. ¿Porque debía de ayudarla una vez mas? Dicen que son peligrosas y que una magia oscura se esconde bajo el rostro angelical. Aunque podría decir lo mismo de nosotros.-¡Maldito pez con pelo!

Le dio golpes al agua sentándose  en una roca mientras se quitaba el musgo de los brazos que las lianas habían dejado en ellos.  Observe su piel de un color ligero al lila, brillaba como si pequeñísimos diamantes hubieran sido incrustados en ella al igual que sus alas. Mientras su pelo era de un azul parecido al mar cuando se enfada. Y los ojos los tenia verdes  como la selva que la envolvía. Era una mezcla muy extraña. Ahora que lo pienso, era la primera Hada que veía en persona y no en un libro.

La verdad no pensaba en nada que no fuera lo extraña que era. Tenia mis pensamientos tan ocupados que no me di cuenta que salí justamente cuando se mojaba la cara, dejándome así, aparecer delante de ella, con nuestros rostros ligeramente cerca mientras salia lentamente y ella me observaba con miedo y curiosa alejándose lentamente como si la fuera a matar.

-Aguarda aquí. Iré a por tu brújula-Dije mirándole a los ojos y así comprendiendo que sin esa brújula ella jamas desaparecería de aquí.




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